Una vez que los 17 congresos estatales aprueben la reforma en materia de igualdad sustantiva, se deberán generar acciones para que los sueldos sean transparentados y se cumpla con las políticas públicas.
Erradicar la brecha salarial de género puede parecer una meta muy ambiciosa, pero considerando que pasarán muchos años para lograr cerrarla, de acuerdo con cifras del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), y que tal vez muchos no lo vean, se debe comenzar ahora.
El Congreso de la Unión aprobó el paquete de reformas que envió la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, para la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, entre estas modificaciones se encuentra la erradicación de la brecha salarial de género.
Hasta ahora, la reforma constitucional ha sido avalada por 12 congresos locales de los 17 requeridos, pero parece ser cuestión de tiempo para que se ratifique.
¿Qué sigue después de que la reforma tenga efectos legales?
LA IMPLEMENTACIÓN ES EL VERDADERO RETO
Fernanda García, directora de Sociedad Incluyente del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), considera que el hecho de que la erradicación de la brecha salarial de género esté en la Constitución sólo es el principio, pues los mecanismos que se van a generar son en dónde estará el tema a analizar en realidad.
"El reto para México no está en el marco legislativo, sino en la implementación de este, la brecha está en la implementación, por eso sigue existiendo una diferencia en los ingresos que perciben las mujeres comparadas con los hombres”, dice.
Asegura que es necesario que se aproveche la oportunidad de estos 90 días para legislar, cómo se va a medir en las empresas este problema.
“La transparencia salarial, las empresas deberían tener normas que les guíen sobre ¿qué deberían medir, transparentar? Esto también se tiene que definir porque es una manera de que existan estándares y todas lo hagan de la misma manera”, advierte.
Coincide en que las empresas hoy por hoy no tienen conciencia de la brecha, no la publican, no la transparentan, por eso es necesario que existan lineamientos que les permitan, como primer paso, medirla.
"Tenemos una oportunidad única en el país, en el contexto de tener una Presidenta por primera vez, y que es ella la que la ha puesto en la agenda pública”, dice.
Agrega que para que realmente se pueda aterrizar una solución a un problema tan profundo como la brecha salarial de género, y se pueda transformar la realidad de las mujeres en el mercado laboral, y que no quede como un compromiso, hay que impulsarlo.
SEGUIR HABLANDO DE LA BRECHA SALARIAL DE GÉNERO
Fátima Masse, economista con perspectiva de género y cofundadora de Noubi Advisors, considera, aun con esta iniciativa, se debe seguir hablando mucho más sobre brecha salarial de género, y analizar por qué se da.
“En realidad es un problema mucho más profundo, porque tú llegas a un trabajo y te preguntan cuánto ganas, y obvio, vienes de una base menor, tu grupo salarial es de una base distinta o lo que las mujeres que son madres tienen que hacer para seguir trabajando. Entonces, me parece que hay que hablar sobre lo complejo del fenómeno”, asegura.
Advierte que no sólo con la reforma se van a equiparar los sueldos de hombres y mujeres que realizan las mismas funciones; en ese sentido, refiere que hay medidas que se pueden hacer a nivel organizacional para que se combata esta desigualdad.
La primera acción debería ser saber cómo está la brecha salarial en las organizaciones, pero también en las instituciones de gobierno, ¿cómo se ve su brecha salarial? Es el principio de ese cambio.
De acuerdo con un estudio en el que colaboró la especialista con un grupo de mujeres y Pacto Global, una red de sostenibilidad empresarial, las empresas no saben qué tan grande es su disparidad salarial.
"El primer paso para que realmente se consoliden los objetivos es que todas las unidades empleadoras sepan qué tan grande es su brecha salarial. Es muy difícil medirlo, es complejo, porque hay bonos, hay ocupaciones, que digamos complementan los salarios y los sueldos que reciben las y los trabajadores y que ahí es donde se ven muchas diferencias también”, explica
No obstante, considera que, en las mediciones y datos, en México estamos en pañales. Pero en definitiva esos datos darán un panorama de cómo se construyen esas rutas profesionales, se marcará con claridad, y basado en ello pueden generarse otras acciones que vayan cerrando la brecha.
“Yo sí celebro muchísimo de esta iniciativa. Se volvió a poner el tema en la mesa. Por supuesto que abre la puerta a que se desarrollen después programas, incluso normas, que puedan ir aterrizando este gran deseo o este buen objetivo que va a estar desde la Constitución, pero sin lugar a duda, hay que dejarle claro a la audiencia que hay que trabajar para que esto sea una realidad y no se quede nada más en papel”, dice.