En setiembre del presente año, el producto bruto de la construcción se contrajo en 9,4% en comparación con igual mes de 2023, de acuerdo con el INEI, con lo que el sector acumuló tres trimestres consecutivos a la baja.
A puertas de que finalice el año, la actividad constructora en Perú continúa en escenario negativo y todo apunta a que no se revertirá en el bimestre restante. Por el contrario, varios de los indicadores más relevantes del sector han deteriorado su situación.
De acuerdo con Guido Valdivia, director ejecutivo de la Cámara Peruana de Construcción (CAPECO), esto se debe a las protestas sociales y de fenómenos naturales de inicio de 2023, sumada a un contexto externo desfavorable que presionaba sobre los precios y las tasas de interés (aunque progresivamente esta presión se fue atenuando), la reducción de salarios reales y el incremento de la pobreza, así como debilidades, coyunturales y estructurales, en la gestión estatal y en las relaciones entre los poderes del estado que han impedido la restauración de la confianza de agentes económicos y de los ciudadanos en la marcha de la economía y en la capacidad del modelo democrático para proveer bienes públicos básicos.
Durante la presentación del Informe Económico de Construcción N°71 se anunció que, en setiembre del presente año, el producto bruto de la construcción se contrajo en 9,4% en comparación con igual mes de 2023, de acuerdo con el INEI, con lo que el sector acumuló tres trimestres consecutivos a la baja.
Ente enero y setiembre de 2023, la actividad constructora experimentó una caída de 9,3%, resultado sólo superado por el -28,4% que se presentó en el mismo periodo de 2020, año marcado por la paralización que se dispuso para el sector formal de la construcción entre marzo y julio, debido a la emergencia por la pandemia del COVID.
Para el mes de octubre, CAPECO proyecta una nueva disminución en el producto sectorial, en esta oportunidad de 7,9%, debido a que tanto el consumo de cemento como el avance de obra pública habrían culminado el mes en rojo (-9,0 y -5,5%, respectivamente).
Por otra parte, entre enero y octubre del presente año, se gastaron 32.680 millones de soles (US$ 8.662 millones) del presupuesto de inversión pública, lo que significa un 4,8% mayor que en el mismo periodo de 2022. “El gobierno nacional alcanzó un récord histórico de ejecución (14.595 millones de soles o US$ 3.868 millones), vale decir un alza de 25,8% en comparación con el año anterior. También los gobiernos regionales lograron una nueva marca histórica, al desembolsar 6.406 millones de soles (US$ 1.698 millones) , un aumento de 4,3% en comparación con el periodo enero-octubre de 2022. Por el contrario, las municipalidades presentaron una disminución de 13,1% en su ejecución, al invertir 11.680 millones de soles (US$ 3.095 millones)”, analizó Valdivia.
Sin embargo, es preciso indicar que los tres niveles del gobierno peruano en su conjunto, solamente han podido ejecutar el 48,9% de sus presupuestos institucionales modificados, al cierre del mes de octubre, proporción muy similar a la que se presentó en 2021 y 2022. De mantenerse esta progresión de la inversión, al final del año quedarían sin ejecutar alrededor de 27.500 millones de soles (US$ 7.289 millones).