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Sergio Massa, ministro y candidato presidencial: ¿cuál es el balance de su gestión y qué propone para levantar la economía argentina?
Lunes, Octubre 2, 2023 - 17:45
Fuente: Reuters

El ministro de Economía del gobierno de Alberto Fernández llegó como una figura conciliadora. Sin embargo, bajo su mandato, la inflación se disparó y las reservas internacionales continúan en mengua. Hoy, intenta exhibirse como una alternativa al liberalismo que proponen sus contrincantes. 

“La victoria está cerca. Si hacemos el esfuerzo, vamos a ganar la elección el 22 de octubre”. Así declaraba Sergio Massa, candidato presidencial de Argentina por la coalición oficialista Unión por la Patria, el pasado miércoles 27 de septiembre. Un acto de campaña en Ensenada, una localidad a 50 kilómetros al este de Buenos Aires, fue el escenario de las palabras optimistas del también ministro de Economía. Minutos antes, Massa aseguró disponer del “coraje para hacer los cambios que hagan falta, para cambiar a los funcionarios y las medidas que hagan falta para empezar un nuevo gobierno y una nueva etapa en la política argentina”. 

Las promesas llegan en un contexto donde septiembre cierra con un alza inflacionaria del 3,5% y la expectativa generada por el debate presidencial del último domingo. Allí Massa midió fuerzas contra sus principales rivales: la conservadora Patricia Bullrich y el libertario Javier Milei. Durante el desarrollo de esta contienda, Massa invitó a los argentinos a sumarse a su causa para defender la “soberanía” del país austral ante la promesa de dolarización de Milei. 

Asimismo, el ministro aprovechó la ocasión para atacar a Bullrich, argumentando que durante el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), la pobreza se incrementó en 15 puntos porcentuales, pasando del 25% al 40%.  En cuanto a las propuestas expuestas, Massa defendió las medidas que introdujo para contener la inflación como la exoneración del impuesto a las Ganancias para ciertos sectores y el “Compre sin IVA”: un programa que reintegra el 21% de las compras realizadas en la canasta básica que se realicen con tarjeta de débito. Pero más allá del discurso, conviene preguntarse si hay efectividad en las acciones del ministro y viabilidad en las ofertas del candidato. 

LA BATALLA CONTRA LA INFLACIÓN

Cuando Massa tomó las riendas del Ministerio de Economía en julio de 2022, las cuentas de Argentina se hallaban en franco deterioro. Para empezar, el país afrontaba una corrida cambiaria, una nueva devaluación del peso y una elevada inflación anual de 78,5%. Asimismo, el gobierno de Alberto Fernández acababa de firmar un pacto con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar el préstamo acordado por la administración anterior para cumplir con el pago de la deuda externa. Fue una decisión controversial que enfrentó al gobierno con otras facciones de la coalición peronista. Estas disputas internas ya habían apartado a Martín Guzmán, el primer ministro de Economía, enemistado con la vicepresidenta Cristina Fernández. Por ello, Massa fue elegido como una figura de consenso para evitar mayores divisiones en el frente y así, recuperar la estabilidad del tipo cambiario y la confianza de los inversionistas en el mercado argentino.

La estrategia de acabar con dos pájaros de un tiro se quedó a medio camino: el objetivo político se cumplió, pero la economía continuó en declive. Massa logró reducir temporalmente la inflación mensual: de 7,4% en julio de 2022 a 4,9% en noviembre. Sin embargo, para diciembre, la luna de miel había terminado y los precios continuaron el alza imparable: en abril de 2023, se registró una inflación mensual del 8,4%. 

Mientras que en agosto, tras la devaluación del peso derivada de las elecciones primarias, la tasa ascendió al 12,4%. Ante el panorama desolador, Massa tomó dos principales medidas: la subida de las tasas de interés y el establecimiento de cambios diferenciales oficiales. La primera opción rápidamente tuvo efectos limitados, pues en agosto, el peso argentino sufrió una nueva devaluación con un fuerte ajuste: del 97% pasó al 118% anual. Fue un intento fallido para contener la cotización del dólar, pero únicamente terminó por deteriorar el balance del Banco Central. 

Como candidato, Massa ha reconocido la necesidad de combatir el alto déficit estatal y la necesidad de aplicar un ajuste fiscal mediante el recorte del gasto público, una política que ya ha practicado en los últimos meses: según cifras oficiales, el gasto público se redujo un 14,5% en el primer año de su gestión. Nuevamente, estos números contrastan con el programa asistencialista de 22 medidas introducido el pasado 14 de septiembre que apunta a contrarrestar los efectos de la última devaluación. Por ejemplo, se incluyeron bonos para jubilados y pensionados, una suma fija para trabajadores del sector público y privado, así como un programa de crédito familiar. Esta visión continuaría bajo la promesa del “Desarrollo con inclusión”: Massa se ha comprometido con los sindicatos a recomponer los salarios, a introducir nuevos bonos fijos y a pactar una alianza con el sector industrial para sostener el empleo. 

LOS TIPOS DE CAMBIO Y LAS RESERVAS

Es en el manejo de la divisa norteamericana, donde el programa de Massa ha cosechado resultados variados. Por un lado, la devaluación gradual del peso evitó un aumento del tipo de cambio oficial, utilizado principalmente por entidades financieras y de comercio exterior. Mientras que en el último año, la administración Fernández estableció varios tipos de cambio diferenciales oficiales para beneficiar a determinados gremios laborales. Así, el gobierno lanzó el dólar soja 1, soja 2, dólar agro y dólar maíz. 

Todos coexisten con las demás cotizaciones del dólar, incluyendo las ilegales, como el famoso dólar blue, utilizado por la población para mantener sus ahorros y realizar transacciones costosas.  Este último tampoco ha parado de encarecerse frente a la moneda local: cuando llegó Massa al gobierno, se cotizaba en 298 pesos; actualmente,se encuentra en 740 pesos. Si bien la administración saliente ha tolerado la existencia de estas cotizaciones y promovido los alternativos, Massa ha manifestado su intención de unificar el tipo de cambio de ganar las elecciones. Aunque reconoce que Argentina no tiene la liquidez suficiente para llevarlo a cabo a corto plazo, por lo que mantendría la restricción oficial al acceso de divisas. 

Por otro lado, los nuevos tipos de cambio oficiales también se han visto acompañados por devaluaciones parciales que el gobierno aplicó para potenciar las exportaciones y así, incrementar las reservas internacionales. A corto plazo, lograron su cometido: en julio de 2022, Argentina ostentaba US$ 40.335 millones en reservas; para enero de 2023, tras la introducción de los dólares soja, logró sumar US$ 43.039 millones. 

En un posible gobierno, Massa confía en los ingresos de las exportaciones para sanear la economía. “Argentina debe vender lo que hace al mundo. Nuestro litio, nuestro gas, nuestro petróleo. Lo que produce el campo, lo que producen las industrias, que cada vez se venda más al mundo, porque eso nos va a dar los dólares para ser libres, para ser soberanos”, declaró en agosto  el candidato oficialista en una entrevista para Canal 5, medio local argentino. En ese sentido, los yacimientos de litio en Jujuy, el campo petrolífero de Vaca Muerta y el mencionado sector agrícola buscan ser los pilares en el aumento de ingresos que el gobierno de Massa buscaría obtener. Mientras que la explotación del gasoducto Néstor Kirchner sería la herramienta para reemplazar las importaciones de gas por producción nacional. 

Aun así, los compromisos del país con el pago de la deuda externa minimizaron este progreso. Por ejemplo, el último pago al FMI, valorizado en US$ 2.700 millones y financiado con préstamos extranjeros, llevó a que las reservas brutas cayeran hasta los US$ 24.032 millones: su punto más bajo desde 2006. A pesar de estos resultados, durante la campaña presidencial, Massa se ha comprometido como presidente a pagar el 100% la deuda con el organismo internacional, pese a que Argentina debe afrontar vencimientos de hasta US$ 8.000 millones, solo en lo que resta de 2023. 

Si bien actualmente, Argentina mantiene una tasa de desempleo baja (6,2%) y los salarios aumentaron un 108,7% interanual en junio, la inflación y la devaluación continua del peso encarecen el costo de vida y le restan significado a estas cifras. A puertas del debate electoral, Massa criticaba a sus competidores de vender la soberanía de Argentina bajo ofertas de privatizar empresas o dolarizar la economía. Así, la discusión ideológica se vuelve más tensa, en paralelo con una sociedad que ya perdió la fe en el otrora “Frente de Todos”. En agosto de 2023, según una encuesta de la Universidad de San Andrés, el 81% manifestó su desaprobación al gobierno de Alberto Fernández. El debate y las semanas restantes demostrarán si Massa logra remontar esta cuesta o la realidad de la vida cotidiana se impone.

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Autores

Sergio Herrera Deza