La operación también incluyó recompra de títulos con vencimiento próximo por US$ 267 millones.
Uruguay retornó este martes a los mercados internacionales y volvió a cosechar el respaldo de los inversores con una exitosa colocación y canje de deuda pública. Por la emisión del bono global en pesos nominales a tasa fija (sin indexación a la inflación) con vencimiento en julio de 2033 se colocó el equivalente a unos US$ 1.000 millones, con una tasa de interés de 9,75% anual. Este monto corresponde a la emisión de nueva deuda.
La demanda del nuevo bono fue por el doble de lo ofrecido, se informó a El Observador desde la firma Puente. La operación también incluyó el manejo de pasivos de corto plazo con la recompra de bonos globales en dólares (2024, 2025 y 2027), en pesos nominales (2028) y en Unidades Indexadas (2027). El monto del canje asciende a US$ 267 millones. Por lo tanto el resultado total de la operación fue de US$ 1.267 millones.
Esta es la cuarta vez que el gobierno de Luis Lacalle Pou realiza una operación en pesos nominales. La última había sido en mayo de 2021 cuando Uruguay emitió un bono global con vencimiento en 2031. Con la nueva emisión a 10 años de plazo, Uruguay extendió la curva nominal en pesos.
La visión de los expertos
El analista de la firma Puente, Felipe Herrán, dijo a El Observador que la emisión fue “exitosa”. “Se aprovechó un momento de credibilidad del país, de sus fundamentos y del Banco Central en la lucha contra la inflación. (…) El momento es apropiado con una inflación que se está metiendo en el rango meta luego de mucho tiempo”, dijo. Además, Herrán destacó la participación de inversores de varias partes del mundo, hecho que se viene repitiendo desde hace ya varios años.
El socio director de Gastón Bengochea y Cía Corredor de Bolsa, Diego Rodríguez, expresó que más allá de los términos y condiciones de la emisión “que son muy buenos para la tesorería nacional”, hay que ver la operación “como una prueba para la capacidad de endeudamiento en moneda propia”. “Es muy positivo que el país pueda tomar financiamiento en su propia moneda ganando la confianza de los inversores internacionales”, dijo a El Observador. “Es un escrutinio muy significativo para las finanzas públicas y el tesoro nacional”, añadió.
Por su parte, el economista Aldo Lema destacó el “muy buen trabajo de la Oficina de Deuda de Uruguay durante los últimos 20 años, con criterios técnicos que han trascendido gobiernos, cual política de Estado”. Eso dijo, ha sido “clave para desdolarizar, alargar vencimientos, gestionar bien los pasivos y diversificarlos en general”. El libro de órdenes estuvo compuesto por 73 inversionistas de EEUU, Europa, Asia y Uruguay, informó el MEF.
Los números para el año
Las necesidades totales de fondeo para este año se estiman en US$ 4.898 millones, de las cuales US$ 1.945 millones corresponden al pago de intereses y US$ 2.288 millones a pagos de amortización de capital y cancelaciones anticipadas por operaciones de manejo de pasivos. La emisión bruta total de bonos en 2023, en mercados internacionales y doméstico, se estima en aproximadamente US$ 4.285 millones, de los cuales más de la mitad se proyecta colocar en el mercado local. Adicionalmente, el financiamiento en 2023 se complementará con préstamos de organismos multilaterales de crédito que se estiman alcanzarían los US$ 450 millones.
En los primeros seis meses del año en curso, el Gobierno uruguayo llevaba emitidos títulos en el mercado por el equivalente a US$ 1.543 millones. El Endeudamiento Neto del Gobierno (ENG) proyectado, derivado del programa financieros de US$ 2.370 millones. Para 2023 el tope legal del ENG se ubica en US$ 2.200 millones. Tomando en cuenta la emergencia provocada por el déficit hídrico, el gobierno prevé hacer uso de la cláusula de salvaguarda que permite ampliar el tope legal en hasta un 30% adicional aplicable en circunstancias extraordinarias, es decir hasta US$ 2.860 millones, según consta en el proyecto de Rendición de Cuentas.
