"El problema de turismo de compras y fuga de consumo parece haberse resuelto seis meses antes de lo que preveíamos”, dijo el economista de CPA Ferrere, Nicolás Cichevski.

El cruce masivo de uruguayos hacia Argentina fue una postal repetida el año pasado. La diferencia cambiaria empujó fuertemente el turismo de compras y produjo una fuga de consumo con incidencia en el comercio local y en los números generales de la economía.

El arranque de 2024 se perfila diferente y en los papeles sin ese shock negativo para Uruguay. Analistas coinciden en que el cierre de la brecha cambiaria está ocurriendo antes de lo esperado.

Sobre este punto, el director del Observatorio de Coyuntura Económica de la Universidad Católica, Javier de Haedo, afirmó que “el inicio del ordenamiento macro económico de Argentina ha dado lugar a una relativa estabilización del dólar blue. Eso junto con una inflación del orden de 120% en el período noviembre-marzo produjo un enorme encarecimiento en términos de dólares en el país vecino”, dijo.

En la misma línea, el economista de CPA Ferrere, Nicolás Cichevski, afirmó la semana pasada en una charla para clientes que desde la óptica de Uruguay “las perspectivas son mejores” de lo que se había previsto a finales de 2023.

“Argentina atraviesa un ajuste macro recesivo, está lejos de despegar, pero ya no nos cincha para abajo. El problema de turismo de compras y fuga de consumo parece haberse resuelto seis meses antes de lo que preveíamos”, dijo Cichevski.

¿Una inyección para el consumo?

Antes de la pandemia, en 2019, los uruguayos gastaban en la vecina orilla unos US$ 500 millones por año. Ese nivel de gasto se mantuvo en 2022. Pero en 2023 una parte creciente del aumento en el ingreso de los hogares que se verificó en Uruguay se gastó en la vecina orilla. El gasto realizado en ese país se disparó en US$ 600 millones, según cifras oficiales.

Ahora, con el cambio de escenario y la corrección de precios, la dinámica de gasto no debería ser de la misma magnitud, y eso debería potenciar el consumo dentro de fronteras.

“Nos imaginábamos que todavía este invierno el turismo de compras iba a seguir activo con Argentina y tal vez eso no ocurra”, dijo el economista de CPA Ferrere, Alfonso Capurro.

Ya en febrero este diario dio cuenta de una caída en los viajes de uruguayos a Buenos Aires, y de expectativas de operadores tendientes a que el flujo de turismo hacía el país vecino se normalice con el paso de las semanas.

El efecto en la recaudación de impuestos

Este mejor escenario para los intereses de Uruguay también tiene implicancias en la recaudación de impuestos. Durante 2023 los ingresos de la Dirección General Impositiva (DGI) cayeron 1,3% en términos reales y reflejaron esencialmente dos cosas: el magro desempeño de la economía (crecerá levemente por encima de 0%) y el efecto cambiario con Argentina.

A lo largo del año pasado la recaudación subió solo durante tres meses (enero, mayo, y octubre) y cayó en los restantes 9 meses, con impacto evidente del consumo realizado por los uruguayos al otro lado del charco.

La mejora en la relación bilateral de precios con Argentina debería tender a cerrar la brecha que se vio en Uruguay a lo largo del año pasado entre el aumento del consumo de los hogares y el de la recaudación de IVA, según el economista De Haedo.

¿Inflación importada?

“Ahora los uruguayos están gastando una parte mayor de su ingreso dentro de fronteras y eso tiene impacto sobre los ingresos fiscales. Por otro lado, de afirmarse el fenómeno referido, se podría llegar a ´importar´ inflación en dólares desde Argentina, ya que saldrá de escena un competidor en varios rubros de consumo, que de algún modo limitaba a los precios en nuestro país”, escribió De Haedo en un reporte de coyuntura.

Si también se tiene en cuenta la reversión del shock negativo que implicó la sequía, la actividad tendría un rebote más alto este año, señalaron desde CPA Ferrere.