Comprar una peluca de cabello natural puede costar, en promedio, US$300, una cifra difícil de pagar para la mayoría de los pacientes.
Por Navidad y Año Nuevo, muchas personas optan por cambiar de 'look' e incluyen un corte de cabello. Esta decisión puede ser también una oportunidad para ayudar a otros.
Las personas que se someten a tratamientos contra el cáncer enfrentan diferentes efectos secundarios, entre ellos la pérdida de cabello, algo que afecta a su ánimo y posiblemente a su recuperación.
Comprar una peluca de cabello natural puede costar, en promedio, US$300, una cifra difícil de pagar para la mayoría de los pacientes.
El proceso para confeccionar una peluca de este tipo es lento y costoso. Personal calificado selecciona cabello por cabello, lo someten a un tratamiento sin químicos que perjudiquen al paciente, y la tejen de manera que sea cómoda de usar.
En Guayaquil, quien desee colaborar puede donar su cabello ya cortado directamente en las oficinas de Solca, en la oficina del Comité de Damas, ubicado en la avenida Pedro Menéndez Gilbert, de lunes a viernes, entre las 9 de la mañana y las 4 de la tarde.
Debe ser cabello natural, sin tintes ni otros tratamientos químicos recientes y se puede donar mínimo 30 centímetros de largo.
La Fundación Dibuja una Sonrisa mantiene un programa nacional de acopio de cabello natural para la confección de pelucas, que luego son entregadas sin costo a quien lo necesite. Ellos sí aceptan cabellos tinturados, pues aseguran que mediante tratamientos especiales pueden adecuarlos para los pacientes. El único requisito es la extensión: mínimo 20 centímetros.
Dicha fundación pide un registro a través de su sitio web, una donación económica para financiar la confección de la peluca, mantiene convenios con peluquerías y también recibe el cabello a través de servicios de mensajería.