Según el Anuario de Vigilancia Epidemiológica, en Ecuador en el 2017 se diagnosticó a casi 100.000 personas con obesidad o 571 casos por cada 100.000 habitantes.
Celia Luna Aveiga, nutricionista clínica especializada en enfermedades crónicas no transmisibles, lleva años como líder del Centro de Nutrición Enteral y Parenteral del hospital General Luis Vernaza de Guayaquil.
Por su escritorio han pasado miles de informes clínicos de los pacientes asilados en dicha casa de salud por infinidad de enfermedades crónicas y catastróficas que van desde el hígado graso, diabetes, hasta el trasplante de órganos nobles. Desde su experiencia ha podido corroborar que estos males tienen como denominador común la obesidad, que aparece como resultado de los malos hábitos de vida, alimentación deficiente en nutrientes y la poca actividad física.
El temido sobrepeso, gordura u obesidad sería el origen de todo. En estos momentos, 6 de cada 10 ecuatorianos tienen sobrepeso, de acuerdo al Inec y, según el Anuario de Vigilancia Epidemiológica, en Ecuador en el 2017 se diagnosticó a casi 100.000 personas con obesidad o 571 casos por cada 100.000 habitantes.
¿Por qué engordan cada vez más estas cifras? El ecuatoriano es inactivo, como confirma el Inec. En el 2017, solo el 11% de la población ecuatoriana hizo actividad física más de tres horas a la semana. “Hoy hay más pobres con obesidad, lo que tiene que ver con estilo de vida y el bajo costo de la comida chatarra”, dice Adrián Díaz, pediatra y asesor en salud familiar de la Organización Panamericana de la Salud en Ecuador (OPS).
Luna analiza qué provoca el sobrepeso y detalla que todo lo que uno consume el cuerpo lo utiliza mediante el metabolismo. Hace una analogía con dinero para evitar hablar de calorías: “Si tu cuerpo requiere 10 dólares de comida y gastas 10 dólares tu peso siempre va a estar igual, pero si comes 12 y sigues gastando 10, acumulas dos y ese valor se va sumando, porque el cuerpo guarda lo que no consume. Lamentablemente, nuestro gasto cada vez es más pobre porque somos más de oficina, de ver televisión, de estar en la tecnología. Antes íbamos al parque a jugar y corríamos, ahora los niños van a centros comerciales, se suben a máquinas y juegos electrónicos y no gastan energía. Ya casi no hay escaleras, todo es ascensor. Comemos más y nos movemos menos”, reflexionó.
La obesidad ya es considerada como una epidemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las cifras son categóricas: desde 1975 la cantidad de personas obesas en el mundo se ha triplicado, representa un 13% de la población adulta, mientras que otro 39% tiene sobrepeso. Las personas gordas tienen una mayor propensión a desarrollar enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer y diabetes II.