Este mal provoca que el corazón no logre bombear la cantidad de sangre apropiada para que el cuerpo humano pueda realizar sus actividades cotidianas.
La insuficiencia cardiaca provoca que el corazón no logre bombear la cantidad de sangre apropiada para que el cuerpo humano pueda realizar sus actividades cotidianas. Esta condición afecta a más de 199 mil personas en Ecuador, según el último análisis de Deloitte Access Economics en 2016.
'Entresto' (sacubitril/valsartán) es el nuevo medicamento para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca. Novartis en Ecuador la presenta como el primer y único medicamento de su clase que tiene la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).
La pastilla es producto de un proceso de investigación de más de 20 años y presenta un avance significativo en el tratamiento de esta enfermedad al lograr disminuir el daño cardíaco y mejorar la eficiencia del corazón. Generalmente esta condición empeora con el tiempo a medida que la acción de bombeo se torna más débil con la edad.
Las principales causas del trastorno son daños al corazón tales como ataques y presión sanguínea elevada. En el 2015, los costos del sistema sanitario ecuatoriano por Insuficiencia Cardíaca fueron evaluados en 58 millones de dólares entre los servicios de atención como hospitalización, ambulatoria y primaria; de acuerdo a cifras del estudio realizado por Deloitte Access Economics.
"La insuficiencia cardiaca es la principal causa de muerte e incapacidad en los adultos. El tratamiento puede ayudar a las personas con insuficiencia cardiaca a vivir más tiempo y llevar vidas más activas”, mencionó el doctor Norman Stockbridge, Director de la División de Productos Cardiovasculares del Centro de Evaluación e Investigación de Medicamentos de la FDA.
Esta opción terapéutica mantiene la finalidad de prolongar y aumentar la calidad de vida de las personas que padecen esta enfermedad. Las condiciones cardíacas son un problema de salud pública en el Ecuador, según informes de World Heart Federation, afectando al 14% de población adulta.