Mediante este acuerdo se tiene previsto desarrollar métodos de diagnóstico inicial, métodos preventivos, como la vacuna, y métodos para compartir datos que permitan una vigilancia epidemiológica más certera.
Buena señal para la región. El ministro de Salud de Ecuador, Juan Carlos Zeballos, y el líder de la misión del Servicio Operativo de Salud de la Cooperación Técnica Alemana (GIZ SOS), Felix Drexler, anunciaron en Berlín la firma de un convenio de intercambio científico entre ambas naciones que ayudará a profundizar los estudios sobre el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
De este modo, Ecuador se convierte en el primer país latinoamericano en lograr un acuerdo oficial con el departamento de virología del hospital universitario berlinés Charité. "La pandemia es mundial y por eso la cooperación internacional es muy importante. La Charité tiene uno de los laboratorios y tecnología más importantes del mundo. Una de las metas es lograr una cooperación para que nuestros laboratorios en Ecuador se repotencien y alcancen los objetivos de diagnóstico bajo la tutela alemana”, dijo a DW el ministro ecuatoriano, cuyo país terminó agosto con casi 114 mil infectados con coronavirus y 6.500 fallecidos.
Mediante este acuerdo se tiene previsto desarrollar métodos de diagnóstico inicial, métodos preventivos, como la vacuna, y métodos para compartir datos que permitan una vigilancia epidemiológica más certera.
Para realizar diagnósticos más precisos, se trajeron muestras de suero recogidas en Ecuador, que serán analizadas en los laboratorios del Hospital Charité, como, por ejemplo, una muestra representativa de la ciudad de Quito. Con esto se pretende determinar exactamente cuál es la distribución de los virus y cuál es la capacidad de defensa que una comunidad ha alcanzado. También se realizará un intercambio de profesores, alumnos y científicos para profundizar la cooperación.
"Ecuador puede dar este paso ahora porque tienen la situación casi bajo control. Otros países latinoamericanos siguen registrando un aumento importante de contagios y con mucha dificultad podrán pensar ahora en formalizar aspectos científicos de cooperación internacional. Ojalá se pueda hacer esto con más países de la región. Por ahora estamos en conversaciones”, señala el virólogo alemán Dr. Felix Drexler.
El trauma de Guayaquil
Sin embargo, el recuerdo de las imágenes de cadáveres en las calles de Guayaquil que dieron la vuelta al mundo hace unos meses no estuvo ausente en el encuentro de Berlín. Aquellas imágenes, según el ministro Zeballos, sirvieron para que el gobierno y la gente reaccionaran y se dieran cuenta de la magnitud de la crisis: "Esas imágenes reflejan que en ese momento no hubo un sistema sanitario activo. La cantidad de médicos disponibles era limitada, porque estaban enfermos o porque tenían miedo de contagiarse. No había reglas claras de bioprotección. La gente que iba en busca de atención a los hospitales llegaba muy tarde, cuando ya no se podía hacer nada”.
Zeballos recuerda también que las funerarias y los cementerios estaban cerrados por una concepción equivocada de que los cadáveres transmitían el virus y estos se tenían que cremar. "Todo esto hizo que llegáramos a tener 700 muertos al día en Guayaquil y que el sistema colapse”, explica el titular del ministerio de Salud ecuatoriano.
Tras la traumática experiencia en Guayaquil, el Gobierno del presidente Lenín Moreno decidió apostar por el diagnóstico temprano y la atención primaria. Algo que se ha visto reflejado en la situación actual, con las bajas cifras en nuevos casos de contagio por día. Incluso Guayaquil tuvo semanas sin registrar muertes por COVID-19.
"Reactivamos la red primaria de salud con los médicos que están en los barrios, empezamos a trabajar con las comunidades y eso hizo una gran diferencia. Hoy los índices de contagio son manejables. No hay camas vacías en los hospitales, pero hemos habilitado camas en áreas alternas para que los pacientes reciban la atención necesaria”, cuenta Zeballos, quien admite que se hicieron pocos tests en comparación con otros países, pero acota que su estrategia fue hacer pruebas focalizadas.
En los últimos días, según datos del ministerio de Salud Pública (MSP), en todo el país se han registrado entre 15 y 20 muertes diarias a causa del nuevo coronavirus. No obstante, las autoridades sanitarias del país sudamericano han reconocido que más de 10 mil personas han fallecido, hasta el momento, en el contexto de la pandemia. Los 6.500 decesos oficiales fueron personas que fallecieron tras ser diagnosticadas con COVID-19 por medio de pruebas PCR.
"A pesar de todo, me impresiona la rapidez con la que Ecuador ha podido responder al desastre de Guayaquil. Parece que las decisiones que tomaron han sido de gran impacto, no en terminar con la pandemia, pero sí en controlarla lo mejor posible”, comenta el virólogo Drexler de la Charité.
Primer caso de reinfección en la región
Entretanto, científicos del Instituto de Microbiología de la Universidad San Francisco de Quito confirmaron el primer caso de reinfección del nuevo coronavirus en el país, que se trataría también del primer caso en Sudamérica. Un hombre de 46 años, que superó la enfermedad en junio, presentó síntomas más graves en agosto. También habría otro caso por confirmar en Guayaquil, donde un paciente de 30 años, que pertenecería al personal de salud, ya había dado positivo para el virus en abril.
Al respecto, el ministro ecuatoriano dijo que se pretende alarmar a la población con algo que era una posibilidad latente: "La manera de comunicar el caso de reinfección no ha sido la adecuada. Esto se tenía que reportar primero al ministerio de Salud para hacer las corroboraciones pertinentes y no hacerlo público a través de los medios”. El virólogo Drexler comparte la posición del ministro Zeballos y agrega que "científicamente hablando, la reinfección con el mismo coronavirus en poco tiempo no es epidemiológicamente relevante porque son casos esporádicos. Esto no es una sorpresa, porque sabemos de estudios de virología antiguos que esto es posible con los coronavirus endémicos”.
En el caso confirmado de Quito se identificó el genoma de dos cepas; es decir, dos variantes del mismo virus. Sin embargo, casos similares ya se habrían detectado en Bélgica, Estados Unidos, Holanda y Hong Kong.