El especialista a cargo del Programa y Academia Einstein de Excelencia Operacional del Hospital Israelita Albert Einstein, detalló paso a paso las bondades de la metodología que está garantizando cada vez más eficiencia en la gestión hospitalaria.
Santiago. Para atender el mismo problema, pueden existir diferentes procesos, por eso la importancia de contar con un equipo multifuncional, durante la aplicación de la metodología Lean Six Sigma, pero entendiendo que no son las personas, sino los procesos, el objetivo único.
Así lo destacó Ederson Almeida, Gerente del Programa y Academia Einstein de Excelencia Operacional del Hospital Israelita Albert Einstein, durante el taller “Lean Six Sigma en salud: metodología y aplicación de la mejor continua”, desarrollado en el Foro Gestión Hospitalaria organizado por AméricaEconomía y que contó en su primer día con una amplia participación de profesionales de la salud de distintos países de Latinoamérica.
Lean Six Sigma, es un método que muchos hospitales en el mundo vienen aplicando para mejorar el uso de los recursos existentes y aumentar la calidad y satisfacción del paciente con el servicio prestado.
Ante esta tendencia, el especialista se enfocó en la aplicación del método a través del proceso DMAIC (definir, medir, analizar, mejorar y controlar), como vía para alcanzar el objetivo: hacer más eficiente la gestión hospitalaria.
En tal sentido, explicó que lo primero es definir el problema, lo que no está funcionando bien; y posteriormente hacer el levantamiento de las posibles causas (medición) a través de instrumentos de recolección de datos. “Cuando llegamos a Einstein, nuestra estrategia fue escuchar las molestias; no llegamos aplicando un plan de acción”, comentó como ejemplo de la necesidad de definir y medir el problema y sus causas.
Posteriormente, debe aplicarse el análisis priorizando las posibles causas para concentrar el esfuerzo en las realmente importantes; para ello deben considerarse las variables “impacto” y “esfuerzo”. “Una vez conocida las causas, elaboramos el plan de acción. Debe ser claro y directo y asignarle un responsable para garantizar su ejecución, que es donde muchas veces falla el proceso”, señaló.
El cumplimiento del plan permitirá mejorar el problema que había sido priorizado; pero además es fundamental ejercer el control de esos nuevos procesos para garantizar una ejecución permanente y exitosa.
“Es común que al principio haya resistencia al cambio, porque pueden quedar expuestas las debilidades de procesos y sus responsables; pero en ningún momento puede verse desde el plano personal. El problema no es la persona, sino los procesos”, enfatizó Almeida.
En el desarrollo del taller, los participantes tuvieron la oportunidad de experimentar cada uno de las etapas que constituyen el método en estudio y reflexionar –a partir de lo vivido- en cómo los procesos pueden mejorarse y hacer una gestión mucho más eficiente.