El cuarto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la educación de calidad, interpela a nuestra sociedad hoy más que nunca.
ElObservador.com.uy. El cuarto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Educación de calidad, interpela a nuestra sociedad hoy más que nunca.
Alcanzar los objetivos en educación no significa solamente hacer que nuestros niños, niñas y adolescentes cumplan con planes de estudios u obtengan reconocimientos curriculares. Es vital que logren entender que el aprendizaje es permanente, que prosigue en el correr de toda su vida y que las habilidades a adquirir no son sólo técnicas, sino que requieren también de capacidad para convivir, y desarrollar un pensamiento crítico para resolver problemas con creatividad que permitan insertarse en el mundo globalizado en el que vivimos.
Aprendizaje de calidad, un compromiso de todos
El aprendizaje de calidad debe ser un compromiso de toda la sociedad; las empresas pueden ser parte de la formación de los jóvenes.
El modelo de formación dual, que tiene origen en Alemania, incorpora el mundo del trabajo como un espacio de aprendizaje complementario al aula mediante prácticas formativas en empresas.
Durante las prácticas, los aprendizajes implican cumplir con un horario, compartir el espacio de trabajo con otros compañeros de diferentes edades y cargos, realizar tareas con cierto grado de responsabilidad, siempre bajo la tutela de la figura del “tutor” que ayuda y orienta al joven en este proceso.
Uno de los aspectos más trascendentes de esta modalidad, es que el estudiante va desarrollando la capacidad de trabajar y estudiar al mismo tiempo, punto clave para lograr empleos con mayor valor agregado y mejor remuneración, que le permitirán confrontar con más herramientas la realidad de su entorno.
Formación dual en Uruguay
Ánima es una institución de educación formal, con una propuesta de formación integral dirigida a jóvenes que viven en situación de vulnerabilidad social de Montevideo y Canelones. Desde una oferta educativa técnico profesional en el ciclo de Bachillerato, con el compromiso y profesionalismo de su equipo, construyen un proceso educativo orientado al desarrollo de las competencias necesarias para la inclusión laboral y social de los jóvenes brindándoles las herramientas necesarias para su realización personal.
Mediante el fortalecimiento de vínculos entre el mundo del trabajo, la institución educativa, los estudiantes y sus familias, construyen aprendizajes significativos que permiten la inserción de los jóvenes en el campo laboral y su plena participación en la sociedad. Tres Cruces es socio fundador de Ánima,reafirmando un compromiso por la educación de los jóvenes de nuestro país, con el mismo foco como lo hizo a lo largo de su historia con programas de apoyo a las escuelas rurales, liceos y a la UTU, decisión que tomaron por su alto fin social.
*Por Pablo Cusnir, gerente de Marketing de Tres Cruces.
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