Sin embargo, niegan que ello derive en un trato diferencial que perjudique al resto.
Johns Hopkins University Bloomberg School of Public Health / Cluster Salud. Sea por empatía, porque su rol les permites sentirse con el poder de mejorar a los demás o porque están haciendo un trabajo que eligieron vocacionalmente (y, además, les da buen dinero) a los médicos les gustan la mayoría de sus pacientes. Pero (son humanos), a una mayoría de ellos les gustan algunos más que otros. Así lo confirma un estudio dirigido por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Johns Hopkins Bloomberg.
El trabajo, publicado en línea en la revista Patient Education and Counseling, es de los primeros en explorar los aspectos positivos de las actitudes de los médicos hacia sus pacientes. El universo muestral es pequeño, pero puede resultar indicial. De los 25 médicos entrevistados, 22 informaron tener pacientes favoritos, con algunos de ellos (los médicos) caracterizándolo como un tipo de pacientes que encuentran con regularidad en su práctica y otros como pacientes sobresalientes que habían tratado a lo largo de sus carreras.
Los investigadores afirman que la comprensión de este aspecto de las relaciones médico-paciente arroja luz sobre cómo ambos podrían trabajar mejor entre sí, con pacientes asegurándose de que verán a sus médicos regularmente y médicos apreciando los beneficios de su práctica, evitando así el desgaste y el burnout.
"Para los pacientes, estos resultados destacan la importancia de tener una fuente habitual de atención, un médico de atención primaria con el cual pueden establecer una relación", dice el líder del estudio Joy Lee, PhD, MS, estudiante postdoctoral en el Departamento de Política y Salud gestión en la universidad. "Los pacientes favoritos podrían no ser de los que están constantemente enfermos, pero cuando aparezca una crisis ellos ya tendrían una relación preexistente para trabajar en conjunto".
Sorprendentemente, Lee dice, muchos médicos informaron que sus pacientes favoritos no eran necesariamente los más conformes o los que eran más similares a ellos. Más bien, eran pacientes que el médico había conocido durante un periodo de tiempo –desde un año a varias décadas - y que estaban o habían estado muy enfermos, lo que significaba que los médicos los veían con más frecuencia y pasan más tiempo con ellos.
Tres de los encuestados manifestaron no tener ningún paciente favorito, y la preocupación de que tal etiqueta sugería un tratamiento preferencial. Los otros médicos en el estudio, los que indicaron que tenían algún tipo de paciente favorito, expresaron la misma preocupación. En sus respuestas sobre el tema, los médicos a menudo usaron el término "no se trata de mí", para dar a entender que en lugar de pensar acerca de cómo se sentían acerca de sus pacientes, a los que ellos se esfuerzaban era darles a todos su mejor atención, independientemente de sus sentimientos acerca de ellos, favorables o no.
"Esta preocupación muestra que los médicos están tratando de ser justos y dar a todos sus pacientes la mejor atención posible", dice Lee. "Descubrimos que los médicos realmente pensaban acerca de su relación con los pacientes, lo cual es alentador desde el punto de vista del paciente. Su pensamiento realmente humaniza la relación médico-paciente." Algunos de los que tienen los pacientes favoritos, por ejemplo, indicaron que eran conscientes de los límites en torno a la relación médico-paciente, y no socializaron con los pacientes fuera de su práctica o un enlace o conectándose con ellos por medio de medios sociales como Facebook.