Marathon Pharmaceuticals decidió colocar un precio de US$ 89.000 para su antiguo producto, Emflaza.
Cluster Salud. Según reporta el portal FiercePharma, Marathon Pharmaceuticals no ha cosechado buenas críticas, tras anunciar un alto precio de US$ 89.000 para su viejo medicamento, Emflaza, tal como ha ocurrido con otros casos, como el de Epipen de Maylan, que recibió fuertes críticas en EE.UU. por subir demasiado el precio de su autoinyector.
Tras los cuestionamientos, Marathon decidió frenar el lanzamiento de Emflaza, y más tarde se conoció que su CEO, Jeff Aronin, tenía un historial de alzas de precios. El grupo Investigadores y Productores Farmacéuticos de América (PhRMA por sus siglas en inglés) ha entrado al debate criticando también a la empresa, a pesar de haber aceptado a Marathon como miembro de la organización y colocando a Aronin en el directorio. “Sus recientes acciones no son consistentes con la misión de nuestra organización", declaró la asociación.
Muchos observadores farmacéuticos han destacado que la crítica de PhRMA es necesaria para trazar una línea entre los innovadores y no tan innovadores dentro del organismo. De hecho, el grupo podría expulsar a Marathon ya que indicó que ha iniciado una revisión exhaustiva de sus criterios de membresía, argumentado que “estamos enfocados en representar compañías biofarmacéuticas basadas en la investigación que toman riesgos significativos para traer nuevos tratamientos y curas a los pacientes”.
Cabe destacar que las enormes alzas de precios de medicamentos antigüos han provocado el escándalo actual, que ha generado que el mismo presidente de EE.UU., Donald Trump, prometiera acabar con esto y disminuir los precios. Desde el primer debate, donde las grandes farmacéuticas y PhRMA trataron de distanciarse de la decisión tomada por Turing Pharmaceuticals de subir uno de sus productos, Daraprim, en 5000%, la asociación de farmacéuticos ha buscado mejorar la imagen de la industria impulsando la innovación farmacéutica.
La nueva marca de Marathon no habría tenido esa innovación, ya que es una versión del deflazacort dirigida a pacientes con distrofia muscular de Duchenne, que había comprado en una pequeña fracción de costo, antes de la intervención de la FDA. El programa de desarrollo de la empresa, con costos entre los US$ 10 y US$ 75 millones, distan mucho de los US$ 1.000 millones en el etiquetado de precios en los últimos y nuevos grandes tratamientos de la farmacéutica.