La "transferencia de tecnología forzada" es a menudo una regla no escrita para las compañías que intentan acceder al mercado chino.
Los enviados de China y Estados Unidos chocaron el lunes en la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre las afirmaciones del presidente Donald Trump de que China roba ideas estadounidenses, un tema que forma parte de dos demandas y un plan de la Casa Blanca para imponer aranceles punitivos a los productos chinos.
El embajador de Estados Unidos ante la OMC, Dennis Shea, dijo que la "transferencia de tecnología forzada" es a menudo una regla no escrita para las compañías que intentan acceder al mercado chino, especialmente si se están asociando con una empresa estatal.
Las reglas administrativas y de licencias de China obligan a las firmas extranjeras a compartir tecnología si desean hacer negocios en el país, mientras que los funcionarios del Gobierno podrían explotar reglas de inversión vagas para imponer requisitos de transferencia de tecnología, expresó.
"Este no es el Estado de Derecho. De hecho, son las propias leyes de China las que permiten esta coacción", dijo Shea al organismo de resolución de disputas de la OMC, según una copia de sus comentarios proporcionados a Reuters.
"Fundamentalmente, China tomó la decisión de participar en una búsqueda sistemática, dirigida por el Estado y no de mercado, de la tecnología de punta de otros miembros (de la OMC) al servicio de la política industrial china", agregó el funcionario.
Esta es una propuesta que sólo representa pérdidas para los inversores extranjeros, señaló, y no solo para los estadounidenses. Todos los países verían erosionarse su competitividad si las políticas de China no son controladas.
China rechazó rotundamente las críticas. "No hay una transferencia de tecnología forzada en China", dijo el embajador Zhang Xiangchen en la reunión, y agregó que el argumento de Estados Unidos implica una "presunción de culpabilidad".
"Pero el hecho es que ninguna de estas medidas regulatorias requiere transferencias de tecnología por parte de las empresas extranjeras", indicó.
La Oficina del Representante de Comercio de los Estados Unidos (USTR, por su sigla en inglés) no ha producido una sola prueba y algunas de sus afirmaciones son "pura especulación", argumentó Zhang, y agregó que la USTR ve la actividad de fusiones y adquisiciones en China como una conspiración de Pekín.