El gobierno está enviando al lugar 2.000 policías de elite en un intento por frenar el reciente repunte en los asesinatos, y que reemplazarán a los soldados que militarizaron la zona a inicios del año pasado.
Ciudad Juárez. El Ejército de México, blanco de acusaciones de abusos de derechos humanos, entregará a la policía federal el control de la ciudad más golpeada por la violencia del narcotráfico en el país, pese a que los asesinatos han aumentado, dijo el viernes la policía.
México está enviando al lugar 2.000 policías de elite en un intento por frenar el reciente repunte en los asesinatos en la fronteriza Ciudad Juárez, que reemplazarán a los soldados que militarizaron la zona a inicios del año pasado, y que no lograron reducir la violencia.
"La coordinación general de esta operación se hará a través de la policía federal", dijo el comisionado de la policía federal de México, Facundo Rosas, en una conferencia de prensa en Ciudad Juárez.
Unos 2.500 policías federales, equipados con armas automáticas, armaduras y cascos a prueba de balas, encabezarán las tareas de seguridad en la ciudad mientras llegan refuerzos en los próximos días.
El general José de Jesús Espita, el militar de mayor rango en Ciudad Juárez, dijo a Reuters que los 6.000 soldados que se encuentran en la ciudad no se retirarán de inmediato y continuarán apoyando a la policía.
El relevo en el control de la vigilancia es un intento del presidente Felipe Calderón de refrescar su cruzada contra el narco en Ciudad Juárez, el frente más violento de la guerra de las drogas y donde 2.650 personas murieron el año pasado.
En lo que va de este año, los asesinatos subieron a 16 por día. Los pobladores acusan al Ejército de causar el aumento en las balaceras diarias, las desapariciones y decapitaciones, que han venido aumentando tras un descenso temporal tras la llegada de las tropas.
Muchos residentes han realizado manifestaciones pidiendo la retirada del Ejército. Grupos defensores de derechos humanos, incluyendo a Amnistía Internacional, dicen que civiles inocentes están siendo blanco de los operativos militares, quienes además cometen excesos para conseguir la confesión de sospechosos.
El Ejército niega esas acusaciones. Se considera que los policías federales operan con mano menos dura, y que pueden ganarse la confianza de los pobladores, sin embargo, algunos líderes empresariales de la zona los acusan de organizar círculos de extorsión.
La campaña de Calderón ha rendido frutos, como la reciente captura de un poderoso capo en la ciudad de Tijuana o la muerte del capo Arturo Beltrán Leyva durante un operativo a finales del año pasado.
Sin embargo, funcionarios estadounidenses, inversionistas y muchos mexicanos temen que la violencia del narco esté sobrepasando a las fuerzas de seguridad.
Unas 17.000 personas han muerto desde finales del 2006, cuando Calderón lanzó su lucha contra el narcotráfico.