Informalidad, bajos salarios y balance entre trabajo y familia, son los principales desafíos que enfrentan las mujeres en el mercado laboral.
Cada vez es más común conocer casos de mujeres exitosas, que han hecho la diferencia en los negocios y que inspiran a otras a incursionar en diversos sectores; sin embargo, aunque la participación femenina ha crecido en los últimos años, aún hay muchos retos que vencer, especialmente en México donde se tiene deuda pendiente en igualdad de oportunidades, desigualdad salarial, salud emocional y violencia, entre otros factores.
De acuerdo al estudio “Trabajo decente en México 2005-2020: Análisis con perspectiva de género”, presentada por el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) de IPADE Business School, con el apoyo de AT&T México, en los últimos 15 años, la brecha de participación de las mujeres se redujo, pues la proporción de las mujeres que trabajan aumentó en 5 puntos porcentuales, dejando una representación de las mujeres de 40,7% en el ámbito laboral, mientras que los hombres suman 75%.
A nivel de alta y media dirección, las mujeres han incrementado en casi 10 puntos porcentuales, una tasa de crecimiento promedio anual de 2%.
“En total, 52% de los puestos de alta y media dirección son ocupados por mujeres durante la pandemia. Resultado, quizás, de la salida desproporcionada de hombres en estos puestos”, indica el informe realizado a partir del objetivo número ocho: “Trabajo decente y crecimiento económico”, de los 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
En edades jóvenes, los índices de mujeres jóvenes sin estudiar, capacitarse o trabajar ha disminuido; sin embargo, siguen predominando. En este año, ellas suman 26,8%, una reducción en comparación con 2019 que fue de 28,5% y de 2018 que fue de 29 %. Los hombres manejan un porcentaje bajo, pero desde el 2018 que fue de 8,4%, la cifra ha incrementado a 9% en 2019 y 9,4% este año.
Problemas por resolver
Aunque la presencia de las mujeres aumenta a pasos cortos, aún se enfrentan a salarios bajos, en promedio 39,4% a diferencia de los hombres que es de 36,4 %.
La informalidad es otro problema, ya que ellas son las que más presencia tienen en este tipo de comercios 58,5%, algo que no ha mejorado en los últimos 15 años.
El balance trabajo familia es el mayor desafío, sobre todo desde que comenzó la pandemia. Si bien los hombres tienen jornadas laborales excesivas (33.4% a diferencia de 18,8% de las mujeres), ellas dedican más horas al trabajo no remunerado, es decir, labores de hogar y cuidado de familiares. Esto les permite tener solamente 105 horas libres promedio por semana, mientras que los hombres tienen 117 horas.
“Al hablar de las jornadas laborales, encontramos que si bien los hombres tienen jornadas mucho más extendidas, al analizar el trabajo remunerado y no remunerado, las mujeres dedican más horas, especialmente a lo segundo. No sólo cumplen con las horas en su empleo formal, además están a cargo de las actividades del hogar y cuidado de otros, algo que se agudizó con la pandemia”, expuso Yvette Mucharraz, directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección del IPADE Business School.
Por su parte, Cristina Ruiz De Velasco, vicepresidenta y directora general de atención a clientes preferentes en AT&T México, explicó que para las mujeres, lograr un balance entre el trabajo y la vida familiar sigue siendo un reto, y es por ello que las empresas deben ofrecer opciones de trabajo más flexibles, que les permitan desempeñarse mejor, recompensarlas y a la vez, atraer nuevo talento.
“Estamos cambiando el juego en la representación de las mujeres en un sector dominado por hombres. Pero no solo lo estamos haciendo dentro de la empresa, también lo hacemos afuera”, finalizó.