Informe de la Red Mundial de Empresas y Discapacidad de la OIT, identificó buenas prácticas y brechas de 159 empresas de 22 países.
El teletrabajo (69%), el uso de horarios flexibles (55%) y la aplicación de licencias pagadas (32%) han sido las principales prácticas implementadas para proteger a los empleados con discapacidades durante la crisis. También se recalcan otras prácticas adicionales como proporcionar alojamiento e instalaciones razonables a las personas con discapacidad para que trabajen desde la casa, contactar periódicamente a sus empleados para averiguar sobre su bienestar y generar material accesible con información de apoyo para enfrentar las consecuencias del COVID-19 a través de capacitación en línea.
Esto se desprende del informe “Disability inclusion in company responses to COVID-19: Results of a survey among National Business and Disability Networks and their members”, dado a conocer por la Red Mundial de Empresas y Discapacidad de la OIT dio a conocer, y que muestra los resultados de dos encuestas realizadas para identificar buenas prácticas y brechas en las respuestas que han dado las empresas a la pandemia de manera inclusiva para las personas con discapacidad.
En total participaron 159 empresas de 22 países, de las cuales el 48% pertenecen a América Latina y el Caribe, además de 19 Redes Nacionales de Empresas y Discapacidad (NBDN, por sus siglas en inglés), entre las que destaca la Red de Empresas Inclusivas (ReIN) de SOFOFA, organismo que desde 2018 participa de esta instancia, coordinando el trabajo colaborativo de 43 empresas motivadas por avanzar perfeccionando sus procesos de inclusión de personas con discapacidad.
Sobre las principales necesidades para asegurar una respuesta inclusiva a los trabajadores y trabajadoras con discapacidad, el 65% de las empresas consultadas señaló tener una mayor sensibilidad sobre la discapacidad al interior de las compañías, mientras que un 64% mencionó la necesidad de proporcionar ajustes en el lugar de trabajo, además de orientación sobre accesibilidad física y digital y contar con mayor acceso a tecnologías de asistencia. Asimismo, la gran mayoría de los encuestados mencionó la importancia de consultar a organizaciones especializadas en el apoyo a personas con discapacidad.
Al respecto, la presidenta de la ReIN, Elena Razmilic, destaca el valor de participar en este tipo de instancias señalando que “esto nos permite reconocer, a través de la mirada de nuestros socios y de nuestros pares internacionales, aquellas prácticas comunes que nos permitirán crear nuevas herramientas para enfrentar de mejor forma este tipo de escenarios u otros contextos complejos, tomando como referencia las iniciativas más exitosas y también detectando las problemáticas o dificultades que comparten la mayoría de las empresas”.
Además, agrega que “para ello es fundamental trabajar de manera conjunta, tal como lo hacemos en la ReIN, con el fin de generar cambios culturales necesarios para incorporar de manera inclusiva a las personas con discapacidad en esta nueva realidad que enfrentamos”.
El sondeo también mostró que 122 empresas afirmaron contar con un plan de continuidad comercial para enfrentar los efectos de la pandemia, de estas el 88% mencionaron que su propuesta era inclusiva para personas con discapacidad, mientras que un 69% señaló que sus planes incluían apoyos para problemas relacionados con la salud mental durante y después de la crisis.
Las compañías también identificaron el apoyo gubernamental como uno de los elementos necesarios para poder dar respuestas a dicho virus. En total, un 32% respondió que habían solicitado, o planeaba solicitar apoyo incluidos fondos de los gobiernos, de los cuales el 69% planeaban utilizar estos apoyos, de obtenerse, para salvaguardar el empleo de sus trabajadores con discapacidad.
Asimismo, 11 de las 19 Redes Nacionales de Negocios y Discapacidad respondieron que estaban apoyando la capacitación y el empleo de personas con discapacidad, mientras que 11 señalaron que también estaban realizando campañas de promoción y sensibilización respecto del tema. De esta forma, todos estos resultados son indicativos de los desafíos que enfrentan las redes y las empresas para hacer que sus respuestas frente al COVID-19 sean inclusivas, de manera de ayudar a que el mundo del trabajo posterior a la pandemia se reconstruya de manera más inclusiva.