La inclusión financiera ha mejorado, pero aún la falta de dinero, documentos, distancia y costo son los factores que siguen impidiendo ingresar en el sistema financiero.
La inclusión financiera se ha convertido en un desafío crítico para el desarrollo y es un tema entre los responsables de formular políticas, los profesionales del desarrollo y el sector privado.
La base de la inclusión financiera se puede encontrar en siete de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Para 2011, alrededor de 2,500 millones de adultos no estaban bancarizados y cerca de 200 millones de microempresas a medianas empresas de las economías en desarrollo carecían de acceso a servicios financieros y créditos asequibles, de acuerdo con Global Findex.
Hoy en día alrededor del 69% de los adultos posee una cuenta en una institución financiera o tiene acceso a servicios de dinero móvil, incluidos 514 millones de personas que obtuvieron acceso entre 2014 y 2017, según datos actualizados de Global Findex.
Lo anterior significa que de 2011 a la fecha ha existido más inclusión financiera en el mundo. En las economías en desarrollo, la proporción de adultos que tienen una cuenta aumentó del 54% al 63%.
No obstante, en un mundo en que las personas deben estar incluidas en el sistema financiero para participar en la economía digital, cerca de un tercio de los adultos (1,700 millones de personas) aún carece de acceso al sistema financiero. En las economías en desarrollo, las mujeres tienen nueve puntos porcentuales menos de probabilidad de poseer una cuenta que los hombres.
El acceso
En una encuesta de 2017 se concluyó que la falta de dinero y documentos, la distancia y el costo eran los factores que impedían ingresar en el sistema financiero. Los productos financieros que dependen de la tecnología, y que son parte de una economía digital en permanente evolución, tienen el potencial de incluir y ampliar el acceso para las poblaciones remotas y las pequeñas empresas.
Con ese fin, el Grupo Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) están liderando una iniciativa para acelerar la inclusión financiera. Para ello se creó la Agenda de Bali sobre Tecnofinanzas, un conjunto de 12 elementos normativos para ayudar a los países aprovechar los avances en el área de las tecnologías financieras, “las tecnofinanzas pueden lograr un impacto económico y social muy significativo para ellos y para los países miembros en general”, dijo Christine Lagarde, directora gerente del FMI.
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