Las profesoras de IESE, Nuria Chinchilla y Mireia Las Heras presentaron los resultados del estudio global sobre Responsabilidad Familiar Corporativa IFREI .
Uno de cada dos empleados trabaja en un entorno en el que resulta difícil conciliar trabajo y familia, y esto afecta negativamente a su salud y a la productividad. Es una de las conclusiones que se extraen de la edición 2014 del estudio global sobre Responsabilidad Familiar Corporativa IFREI que desarrolla el Centro Internacional Trabajo y Familia del IESE.
De acuerdo con el portal de noticias de IESE, las profesoras Nuria Chinchilla y Mireia Las Heras presentaron los resultados del estudio durante la jornada de clausura del Año Internacional de la Familia de la ONU, que reunió a representantes de numerosas entidades e instituciones. Entre ellos, la secretaria general de Familia de la Generalitat de Cataluña, Dolors Gordi, varios diputados del Parlamento español y del Parlament de Catalunya y el presidente de la Plataforma por la Familia Cataluña-ONU 2014 Daniel Arasa.
“Un amplio margen de mejora”
Los resultados del IFREI —en el que han participado más de 30.000 personas de África, Asia, Europa y Latinoamérica— revelan que sólo el 52% de los encuestados trabaja en entornos que facilitan la conciliación.
La herramienta IFREI permite valorar cuatro grados de equilibrio entre trabajo y familia en las organizaciones, desde los “entornos enriquecedores” a los “entornos tóxicos”. Según esta clasificación, el 83% de los encuestados que trabajan en entornos considerados tóxicos sufre estrés laboral y el 46% reconoce tener mala salud (frente al 21% de los que trabajan en entornos que permiten conciliar).
Sólo un 46% de la población encuestada dice tener acceso a las políticas que sus propias empresas manifiestan poner a su alcance. Y hasta el 70% de los trabajadores temen pedir flexibilidad para conciliar su vida laboral y personal, por las consecuencias que puede tener para su carrera profesional y las oportunidades laborales.
En este sentido, las profesoras Chinchilla y Las Heras reconocen que “queda mucho camino por recorrer” y apuntan que si se mejoran las políticas familiares en el entorno laboral “mejorará la salud, la identificación del empleado con la empresa y su rendimiento en el puesto de trabajo”. En concreto, las autoras sostienen que los empleados que trabajan en entornos favorecedores de la conciliación son hasta un 15% más productivos.
En el núcleo de la RSC
Las Heras y Chinchilla consideran que la Responsabilidad Familiar Corporativa es el núcleo de la Responsabilidad Social Corporativa porque contempla al empleado como el principal ‘grupo de interés’ de la empresa, y a sus familias como los primeros beneficiarios de su responsabilidad social.
A partir de los resultados de esta encuesta las profesoras han propuesto unas recomendaciones a las personas e instituciones que participan en el desarrollo de políticas laborales, desde los legisladores y administraciones públicas hasta sindicatos, empresarios o directivos.
-Promover horarios ‘inteligentes’ (europeos, flexibles, intensivos…).
-Formar a los directivos en liderazgo flexible.
-Considerar la Responsabilidad Familiar como núcleo de la RSC.
-Impulsar la corresponsabilidad en la familia, valor que desarrolla el talento y genera compromiso.
-Potenciar el talento femenino.
-Computar el tiempo dedicado a la atención de los hijos (hasta los 12 años) y el cuidado de familiares dependientes como tiempo cotizado a la Seguridad Social.
-Ofrecer desgravaciones fiscales a las empresas que incorporen la Responsabilidad Familiar Corporativa.
-Conceder subsidios y ayudas para guarderías y para la atención de personas dependientes.