Templo mexicano reveló recientemente la existencia de un extenso túnel en el que sistemas de drenajes dan cuenta del rol que tuvo el agua en sus ritos y sacrificios.
El túnel de más de cien metros existente bajo el Templo de la Serpiente Emplumada en Teotihuacán, México, explorado recientemente por un grupo de arqueólogos, revela -entre aspectos- que el agua jugaba un rol importantísimo en en el complejo arquitectónico.
El arqueólogo Sergio Gómez señala que diversas marcas de agua en los muros indican que las cámaras y ofrendas al final del túnel estaban bajo agua. El experto señala que la plaza ubicada a las afueras del templo, probablemente también estuvo cubierta por agua y fue utilizada como un estanque reflejante.
Investigadores encontraron que canales de drenaje alrededor de la ciudadela habían sido bloqueados de forma ritual con material que incluía los restos decapitados y mutilados de víctimas de sacrificios humanos.
El vínculo con el agua sería un rasgo peculiar para Teotihuacán, un complejo con 2.000 años de existencia en un valle árido al norte de la ciudad de México.
Arqueólogos reportaron la semana pasada que han excavado un túnel de 103 metros (340 pies) bajo el templo. El túnel fue sellado a través de dieciocho muros de piedra y lodo, clausurado definitivamente hace mil ochocientos años por los mismos teotihuacanos.
"Fue construido totalmente en el núcleo del tepetate, a golpes de mazo, cinceles y barretas de tecnología antigua, sin escatimar esfuerzos ni recursos humanos. Así se modeló uno de los lugares más sagrados de Teotihuacan, un conducto alargado donde se aprecian las huellas del ancestral proceso de trabajo con herramientas hechas posiblemente de madera endurecida al fuego”, señala Gómez.
El hallazgo, realizado a 103 metros de la entrada del túnel con 18 metros de profundidad, consiste en tres cámaras que preceden a una ofrenda, en la cual sobresalen cuatro esculturas labradas en piedra, una masculina y tres femeninas, ornamentadas con joyería prehispánica elaborada en jade y piedra verde.
