El alcohol también puede estar relacionado con el desarrollo de trastornos alimenticios.
La ingesta de alcohol puede tener serias complicaciones cuando no se toma con responsabilidad. Por ejemplo, en México, su consumo es la cuarta causa de mortalidad (8,45%), que implica lesiones intencionales o no, accidentes automovilísticos y cirrosis hepática, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut). Sin embargo, un estudio indica que el alcohol también puede estar relacionado con el desarrollo de trastornos alimenticios.
La Secretaría de Salud Pública Federal (Ssa), a través de su "Guía trastornos alimenticios", señala que estos se presentan cuando una persona no ingiere la cantidad adecuada de calorías en relación con su edad, estatura y necesidad; esto debido a un conjunto de conductas riesgosas que alteran la forma de comer.
En el país azteca no existen cifras exactas, pero Angélica Pérez, presidenta de la Asociación Civil para el tratamiento de estos trastornos, menciona que entre los más frecuentes se encuentra la obesidad, anorexia y bulimia.
Una investigación realizada por la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis, Estados Unidos, y publicada por la revista Journal of Studies on Alcohol and Drugs, reveló que las personas que sufren una adicción al alcohol pueden ser genéticamente más susceptibles a ciertos tipos de trastornos alimenticios, y viceversa.
Para Melissa A. Munn-Chernoff, autora principal de la investigación, esa relación no es exclusiva del sexo femenino, como han señalado investigaciones anteriores. Para demostrarlo, el estudio incluyó la participación de seis mil gemelos adultos de ambos sexos.
Los resultados mostraron que una gran parte de quienes padecían alcoholismo también sufrían desórdenes alimenticios como ingesta descontrolada (atracones). En total, casi el 25% de los hombres y el 6% de las mujeres habían sido dependientes del alcohol en algún momento, además de que casi el 11% de estos mismos hombres y el 13% de las mujeres habían experimentado problemas con los atracones de comida.
La experta señala que es necesario que en los tratamientos se incluya un asesoramiento para ambos problemas, que en algunos casos están íntimamente ligados.
Es importante que antes de iniciar una dieta se acuda a un experto y se observe detenidamente cuántas veces consume alcohol a la semana y cómo es su manera de comer cuando bebe.