En el hemisferio sur se empiezan a vivir los primeros momentos del invierno, ocasión en que la automedicación suele ser un práctica muy común. Sin embargo, expertos insisten en lo riesgoso que es.
La costumbre de automedicarse antibióticos con el fin de combatir desde una simple fiebre hasta un resfriado ha generado a nivel mundial microbios que han desarrollado resistencia a estos tratamientos y para los cuales no hay nuevos antibióticos que los traten.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la resistencia a los antibióticos ocurre cuando las bacterias se tornan inmunes a ciertos antibióticos y el tratamiento de las infecciones requiere medicamentos diferentes o en dosis más potentes.
En América Latina la costumbre de suministrarse antibióticos casi siempre proviene de los pacientes, pero ahora también algunos médicos presionados por las circunstancias a veces están dejando libre esta práctica riesgosa para la salud comenta Greta Miño, infectóloga.
La especialista dice que las bacterias resistentes a los antibióticos representan un gran problema, especialmente en los hospitales, porque causan mayor estancia hospitalaria.
“Las bacterias de una persona fácilmente pueden convertirse en gérmenes multirresistentes si se expone a los antibióticos, por ejemplo, las Klebsiella pneumoniae, productora de carbapenemasa (KPC)”, dice la especialista.
La infectóloga añade que si un paciente tiene esta bacteria la puede transmitir fácilmente, por ejemplo a las manos de los trabajadores de la casa de salud en la que esté ingresado. “Puede haber un riesgo alto de diseminación en los hospitales, existir enfermedad, brotes y por consecuencia muertes relacionadas”.
Médicos guayaquileños consultados coinciden en que los pacientes suelen repetir una receta en la que les prescribieron algún antibiótico, o van a la farmacia y le piden al vendedor que les recomiende uno, o si no hay el medicamento indicado en la receta el boticario les da otro sin consultar al doctor tratante.
La exposición a los antibióticos se presenta en niños y adultos, indica el neumólogo Iván Chérrez. Dice que las dos enfermedades en las que se abusa de los antibióticos son gripe y diarrea. “Lo que más compra la gente son la amoxicilina, ampicilina y la sulfa. Las dos primeras para las vías respiratorias altas y la otra para las diarreas”.
“La gente debe saber que no todas las infecciones y las diarreas requieren antibióticos porque pueden ser causadas por virus y solo se necesitaría de hidratación y observación”, explica Chérrez.
