En el caso de Paul Romer se considera que estableció las bases de "la teoría del crecimiento endógeno".
ElObservador.com.uy. Los economistas estadounidenses William Nordhaus y Paul Romer ganaron este lunes el Premio Nobel de Economía 2018 por integrar el cambio climático y la innovación tecnológica en el crecimiento económico, señaló el jurado.
Los dos premiados "han desarrollado métodos que abordan algunos de los desafíos más fundamentales y apremiantes de nuestro tiempo: combinar el crecimiento sostenible a largo plazo de la economía global con el bienestar de la población del planeta", indicó la Academia Real de Ciencias.
En el caso de Nordhaus, se destacan sus trabajos en economía verde, al integrar en el análisis económico los costos y beneficios que puede acarrear apostar a reducir las emisiones contaminantes. Su contribución determinó políticas para corregir los daños que puede producir el cambio climático. Según Nordhaus, los agentes económicos que emitan carbono deberían tener una carga impositiva, pero esto debería aplicarse a nivel global para evitar que unos países adopten estas medidas y otros no. El economista aboga porque los países fijen precios al carbono y se fijen aranceles comerciales para los que no lo hacen.
El incentivo que buscan estas cargas tributarias, implicaría un estimulo para que se invierta en otras tecnologías con menos impacto negativo en el medio ambiente, como las renovables, entiende el recientemente galardonado economista.
Según El País de Madrid, en la década de 1990 Nordhaus fue pionero en crear un modelo de evaluación integrado sobre el cambio climático que incluye población, concentración de dióxido de carbono, afectación en la temperatura global y los posibles efectos que pueden tener las diversas políticas (como puede ser un impuesto) que busquen minimizar los daños. La finalidad es medir cuánto impacta en la economía negativamente que suban las emisiones de carbono y a partir de esa información podemos estimar los impuestos pertinentes.
En tanto, la principal causa de la premiación a Romer radica en su comprobación de que el progreso tecnológico es producido por la economía de mercado y se puede fomentar.
Romer sostiene que el crecimiento basado en la acumulación de factores productivos tiene rendimientos decrecientes, por lo que el crecimiento basado en ideas e innovación es sostenible a largo plazo, siempre que una empresa cuente con una posición monopólica que le permita absorber los costos de innovar (la justificación a su vez de el uso equilibrado de patentes con derechos suficientes para recobrar inversión). La otra alternativa planteada por el economista implica incentivar la investigación mediante subsidios, cuando el mercado no premia a los creadores de nuevos conocimientos.
La Academia destacó que Romer puso las bases de lo que se conoce como "la teoría del crecimiento endógeno", que sostiene que el crecimiento económico es el resultado de factores internos y no de fuerzas externas como propone la teoría neoclásica. El capital humano, la innovación y el conocimiento son la base del desarrollo económico, por lo que deben ser promovidas a base de políticas públicas como pueden ser subsidios a la investigación o a la educación.
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