Por Juliana Pereira, chief de IE Campus Life de IE University.
Hay una frase de Maya Angelou que siempre me ha encantado, “La gente olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará como les hiciste sentir.” Esto es muy cierto y aún más en estos momentos de tanta incertidumbre y angustia por el COVID-19. Está clara la necesidad de la tecnología, pero también el absoluto calor humano y cercanía que a día de hoy nos hace tanta falta.
Desde el momento que trasladamos toda la parte académica online para que los estudiantes no perdieran un momento de su formación a principios de marzo, tuve claro que era necesario trasladar la vida del campus al mundo digital.
Las experiencias sociales y vitales de un campus son una parte imprescindible de la experiencia universitaria, ya que no se trata solo de estudiar materias, sino de aprender a través de nuestra relación con el resto de la comunidad, y más en una entidad como la nuestra que cuenta con estudiantes de 140 países.
Nuestra universidad cuenta con más de 100 clubs liderados por estudiantes y que abarcan ámbitos profesionales, deportivos, sociales, y organiza más de 1500 eventos al año por los que pasan 600 speakers y 37,117 asistentes en nuestros dos campus.
Gracias a ellos, los estudiantes desarrollan su networking con estudiantes de otras escuelas de la universidad, pueden encontrarse con líderes, científicos y políticos y aprender a desarrollar responsabilidades, liderazgo y gestión en la práctica, en la medida que son ellos quienes los dirigen. Se trata, por lo tanto, algo básico dentro de la experiencia y el aprendizaje universitario.
Pero de repente, las actividades en las que tantos estudiantes habían pasado meses trabajando se veían amenazados y las llamadas y los emails de ilusión, ideas y trabajo se convirtieron en, “ahora qué, ¿cancelamos?”.
Aunque todas las universidades de vanguardia ya desarrollan parte de sus clases, y actividades, online, el reto de mantener la vida universitaria era tan importante como necesario. Justamente en tiempos de confinamiento, las actividades sociales, como la vida del campus, son precisamente más críticas que nunca. No se puede romper ese vínculo con la comunidad, tienen que sentir que pertenecen a una familia que les apoyara hoy y siempre.
El resultado no ha podido ser más satisfactorio. Es cierto que contar con una background digital de más de 20 años en la universidad, y con unos alumnos nativos digitales ha facilitado mucho las cosas para que nuestra vida social del campus cambiara a digital en 72 horas. Pero muchas veces son las situaciones límites, como la que vivimos, la que nos obligan a dar un salto definitivo en tecnología, creatividad y formas de organización.
Desde el arranque del confinamiento global que vive el planeta, llevamos más de 100 actividades online en esta nueva “vida digital del campus”, incluyendo clases de Yoga, conciertos, cursos de recetas, talleres de pintura, verdaderos retos de la mano del club de consultoría, prácticas de mindfulness, un sinfín de actividades gracias a los 55 clubes que han aportado a la comunidad y donde se van sumando cada día más estudiantes y colaboradores como HBO quienes ayudan brindar un poco de entretenimiento.
En unos tiempos en los que la comunicación es más importante que nunca, nuestra plataforma fue también clave para ofrecer a toda la comunidad universitaria información veraz de fuentes oficiales, en tiempos de mucho ruido mediático, algo importante para los alumnos de 140 países, la mayor parte angloparlantes.
Una comunidad con sentido de pertenencia y propósito sobrevivirá el COVID 19 y mucho más. Durante esta crisis lo que he visto no son estudiantes, he visto una comunidad de 7,000 personas que saben su papel y su propósito y cuando eres testigo de un transición como esta te das cuenta que tu labor esta cumplido ya que se trata, para finalizar, y honrando las palabras de Maya Angelou, de conseguir que ellos “ … nunca olvidarán como les hiciste sentir.”