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El ascenso de la transgresora Billie Eilish
Martes, Enero 28, 2020 - 13:00

Con solo 18 años, la cantante consagró su lugar en la cima del mundo del pop llevándose cinco de los premios más importantes en la última edición de los Grammy.

Su hermano tres años mayor, Finneas O’Connor, le dijo en 2015: “Te quiero convertir en la mayor estrella pop del mundo”. Ese año, en la plataforma Soundcloud, publicaron la primera canción hecha juntos, Ocean eyes. Ese fue el llamado de atención de Billie Eilish al mundo musical, que desde entonces siguió sus pasos con cada vez más atención. Ese fue el primer hit, con 13 años, pero la relación con la música viene desde la infancia para los dos hermanos.

Educados en casa por sus padres, dos actores sin demasiado renombre, tanto Billie como Finneas aprendieron a tocar y cantar temprano. En el ciclo Carpool Karaoke, conducido por James Corden, la artista contó que a los 6 años ya sabía tocar algunas canciones en el ukelele, como I Will de los Beatles, y que a los 7, con una amiga, compuso su primera canción, una tonada infantil sobre “su maravillosa vida”.

Y los premios Grammy - es decir, la industria y el establishment musical estadounidense - le terminaron de abrir las puertas al nuevo icono de la música pop en la noche del domingo. La cantante y compositora se fue del estadio Staples Center con cinco gramófonos dorados en las manos, incluyendo algunos de las más importantes de la ceremonia, como el de Canción del año, Mejor artista nuevo y Mejor grabación del año. Un logro más en la meteórica carrera de esta artista de 18 años, que viene de uno de los discos más aplaudidos y comentados de la música pop reciente, y se dirige a su tour más grande hasta ahora, que incluye sus primeros shows en Sudamérica y Asia, y a ser la voz de la canción de la próxima película de James Bond, Sin tiempo para morir, que se estrena en abril. 

Fue el año pasado cuando su disco debut, When we all fall asleep, where do we go? (¿A dónde vamos cuando nos quedamos dormidos?) cayó como un rayo en el mundo del pop e hizo que unas cuantas cabezas se giraran a mirar a esa adolescente y escuchar lo que tenía para decir, impulsada por hits como Bad Guy. El disco fue grabado en su totalidad en el cuarto de su hermano. Sin necesidad de pisar un estudio o una cabina de grabación, tan solo un cuarto repleto de instrumentos y equipos entre la cama y los estantes.

Ahí trabajaron los hermanos O’Connor, según contó Eilish en el Carpool Karaoke, y después se fueron de gira todos los integrantes de la familia, salvo por las mascotas (incluyendo la araña de la cantante).

Su ascenso fue rápido (a lo largo de 2019), pero justificado, dado que generó con su pop de aires góticos y a la vez festivos un sonido propio en muy poco tiempo, que cautivó los oídos de otras figuras como Justin Bieber o el vocalista de Green Day, su tocayo Billie Joe Armstrong.

La colaboración con Rosalía

La cantante española confirmó en diciembre de 2019 que está trabajando junto a Eilish en una canción en conjunto, que empezaron en marzo de ese año pero que por las agendas de ambas artistas, estaba pendiente su final. Se espera que para este 2020 se publique finalmente la colaboración entre ambas. 

Con una voz etérea y sombría, Eilish canta sobre la música oscura, electrónica e hipnótica que ha confeccionado junto a su hermano y productor, con letras sobre historias inventadas pero también sobre algunas experiencias personales de los hermanos, incluyendo su pasada depresión. La joven artista, que entre otras cosas ha dirigido uno de sus propios videoclips y compuso una canción inspirada por la película Roma, ha hablado también públicamente de sus padecimientos y peculiaridades. En 2018 reveló tener diagnosticado Síndrome de Tourette (que produce una cantidad anormal de tics motores y vocales) y ha contado también que tiene sinestesia, una confusión de los sentidos que se vincula a la percepción, y que la cantante resume así: “‘Cada persona que conozco tiene su color, forma y número en mi cabeza’, dice. Finneas, por ejemplo, es un triángulo naranja. Su canción Bad Guy es ‘amarilla, pero también roja’, dice. ‘Y el número es 7. Es cálida, como un horno. Y huele a galletitas’”.

La mezcla de géneros y las influencias de la electrónica y el hip hop ya no son nuevas en la música pop, y de hecho, para Eilish son los sonidos con los que se crió, como buena parte de su generación. 

Eilish vendría a ser la primera estrella pop de su generación, la que nació entre fines de los 90 y los 2000. En esta época de etiquetas y clasificación, es la llamada generación Z. Jóvenes que están entrando en la adultez y ya tienen su propia voz, valores y actitudes que esta artista nacida dentro de una familia de actores y músicos en Los Ángeles forma parte. Es vegana, le preocupa el futuro climático del planeta (en los American Music Awards de 2019 apareció con una camiseta que decía "en un planeta muerto no hay música") y rechaza las drogas, como ilustra en su canción Xanny, algo que no es universal pero es más frecuente entre su generación, como han demostrado estudios publicados en los últimos años. Una generación cuya gran adicción son las redes sociales, que se cuida más y que está enojada con sus mayores por dejarles un mundo reventado. 

Hablando de cuidarse, Eilish también ha generado un estilo de vestimenta único y llamativo, que la distancia de otras estrellas pop del pasado. Mientras que el camino era el de la sexualización y usar el cuerpo como instrumento para llamar la atención, Eilish prefiere la ropa suelta, varios talles más grandes. Lo hace porque es llamativo, porque para ella representa "salir de su zona de confort", y para evitar agresiones o comentarios lascivos sobre su cuerpo. Y razón no le faltaba, porque se generó un escándalo cuando en setiembre de 2019 una foto de ella post-concierto en una musculosa blanca ajustada acaparó la conversación en las redes. "¡Mis tetas eran tendencia en Twitter! En el primer puesto. ¿Qué es eso? Me pone mal", le dijo a la revista Elle consultada sobre el episodio.

Ropa suelta, uñas largas, tapabocas, colores brillantes y tonos neon, anillos, cadenas y un pelo verdi-negro terminan de conformar la imagen única de Eilish, que ni en su música ni en su estilo se compara con otros colegas. 

Autores

Nicolás Tabárez/ El Observador