Un estudio de la Asociación Latinoamericana para el Autocuidado Responsable muestra los ahorros generados por el autocuidado. Si se hace correctamente, el autocuidado puede ser una estrategia esencial para crear un sistema de salud sustentable.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el autocuidado se refiere a una actitud activa y responsable hacia la calidad de vida. Y si pensamos que una población con una mejor calidad de vida tiene innumerables impactos sociales, políticos y económicos en un país, el autocuidado debe ser parte de cualquier política de salud pública, generando una economía sostenible y aliviando los sistemas de salud, que generalmente están sobrecargados.
La conclusión se puede extraer de algunos estudios realizados por la Asociación Latinoamericana para el Autocuidado Responsable (ILAR), fundada en 2001 con el objetivo de promover el autocuidado en el uso de medicamentos de venta libre, optimizar recursos y sistemas de asistencia social y contribuir a la salud pública a través de la medicación responsable.
Es importante enfatizar que el concepto de autocuidado está relacionado con un enfoque multidisciplinario para el cuidado de la salud y la prevención de enfermedades, que incluye el uso consciente de medicamentos de venta libre. Además, también incluye aspectos básicos como tener información de salud confiable y conocimiento de las condiciones físicas y mentales, practicar actividades físicas, una dieta saludable, evitar actitudes de riesgo para la salud (como fumar o beber alcohol en exceso, por ejemplo), y buenos hábitos de higiene.
Cuando se trata del uso de medicamentos de venta libre, el papel del farmacéutico es esencial, porque dicho profesional es quien debe asesorar sobre la acción, los beneficios y los posibles efectos adversos de los medicamentos. Los Medicamentos de Venta Libre permiten la adopción de tratamientos con seguridad, calidad y eficacia comprobadas, para atender los síntomas y dolencias menores ya diagnosticadas o conocidas, como dolores de cabeza, resfriados y dolor de espalda, o como una herramienta para reducir el riesgo de enfermedades, como es el caso de las vitaminas y antioxidantes. Sin embargo, a menudo están relacionadas erróneamente con su uso indiscriminado.
Con respecto a los conceptos de automedicación y autoprescripción, la encuesta en América Latina señala que hay un intento de explicarlos, pero solo el 1% de los encuestados mencionó que la automedicación está relacionada con enfermedades menores. La explicación dada para ambos conceptos es muy similar: muestra que la diferencia no es tan clara.
“Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existe una diferencia entre la automedicación responsable y la auto prescripción. En el primer caso, el paciente usa medicamentos controlados sin receta médica para el tratamiento de condiciones simples y no graves mientras que el segundo implica la acción incorrecta de adquirir y utilizar medicamentos que solamente pueden ser recetados por un médico. Con el autocuidado, el paciente, además de poder contar con la orientación de un farmacéutico u otro profesional de la salud, está utilizando medicamentos que no requieren receta médica debido a su efectividad comprobada ”, explica Juan Thompson, director general de ILAR.
Economía y ahorro
El autocuidado genera economías en los sistemas de salud públicos y privados, hay estudios que lo demuestran. Una encuesta realizada por ILAR, que reunió datos de cinco países: Brasil, México, Argentina, Colombia y Chile, muestra cifras relevantes en la economía generada. Cada año, en promedio, los cinco países juntos gastan US$2.700 millones en consultas y procedimientos que podrían evitarse en el sistema de salud pública.
Si la práctica del autocuidado se fuera implementada en los programas de salud pública para atender solo el 50% de los casos de las cuatro enfermedades simples analizadas: diarrea, resfriados, lumbalgia y candidiasis vaginal, las economías en los sistemas públicos podrían ser de aproximadamente US$1.300 millones.
En América Latina, por cada dólar utilizado en la compra de Medicamentos de Venta Libre, se ahorran aproximadamente otros siete en los sistemas de salud. “La idea de este estudio es mostrar que la práctica del autocuidado, mediante el uso de medicamentos de venta libre, hace que los sistemas de salud sean más sustentables. Después de todo, el dinero economizado con consultas y procedimientos que no son necesarios puede utilizarse para casos más complejos, para la construcción de camas que hoy, por ejemplo, son tan necesarias ante la epidemia de COVID-19 ”, dice Thompson.
Otro hecho que llama la atención es la pérdida de productividad por el absentismo laboral debido a las cuatro condiciones, que representa un costo anual de casi US$436 millones en Colombia. Si el 100% de los casos fueran tratados con medicamentos sin receta, la pérdida disminuiría a US$84 millones. Respecto del absentismo, en Chile, solo por resfrío se ahorrarían US$160 millones.