A medida de que las temperaturas medias del planeta sigan aumentando, crearán condiciones que harán que las uvas maduren más rápido, lo afectará negativamente el sabor y el aroma de los espumantes.

El cambio climático, que ya afectó la producción de té y de café, amenaza también ahora con alterar la de los vinos espumantes, como la cava o el champán, según un estudio realizado en viñedos del noreste de España (Agricultural and Forest Meteorology), citado por Quartz Media.

El trabajo científico determinó que, a medida que las temperaturas medias del planeta sigan aumentando, crearán condiciones más cálidas y más secas en esa región ibérica, lo que hará madurar a las uvas más rápidamente y, por lo tanto, afectar negativamente el sabor y el aroma de los espumantes.

Para llegar a esa conclusión, los autores utilizaron datos de los registros de lluvias del período 1998-2012 y crearon modelos matemáticos para predecir cómo se verían afectadas las tres variedades de uvas utilizadas en la producción de las cavas -macabeo y paralleda, en España, y chardonnay en Francia.

El adelanto en la maduración de la uva hace que la cava sea menos ácida y más azucarada, y como parte del azúcar se convierte en alcohol durante la fermentación, también hace la bebida más alcohólica.

Según los autores, es probable que se produzcan cambios similares en las cosechas de uva en Francia, donde las uvas de la región de Champagne, la más apreciada entre los espumantes, se están cosechando dos semanas antes respecto de hace 20 años.

Las uvas de Champagne también están resultando de mayor tamaño, tienen más azúcar y, por lo tanto, producir una bebida más alcohólica.

Si las temperaturas suben hasta 5°C a finales del siglo, como predicen algunos modelos, "podría cambiar los fundamentos de las variedades de uva", dijo Thibaut Le Mailloux, del Comité Champagne, una asociación comercial, al diario británico The Telegraph.

"Es absolutamente esencial comenzar la investigación ahora porque en 25 años será demasiado tarde", advirtió Le Mailloux.

Al mismo tiempo, los cambios supondrán otra ventaja para otros, ya que si España y Francia no pueden producir tanto vino espumante de calidad, otras bodegas, más al norte, como en Inglaterra, se preparan para recoger la posta.