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El cambio en el perfil de los directores de proyectos
Jueves, Marzo 7, 2013 - 16:30

Mientras quienes están encargados de dirigir un proyecto deben ocuparse por estos días de los costos y del tiempo, principalmente, para cumplir los objetivos, los especialistas creen que a futuro se necesitará asegurar que esto contribuya al negocio. Por algo los gestores dicen que conocer el negocio y empaparse de este es muy importante. A continuación una revisión de los actuales requerimientos de estos profesionales.

Hay consenso, los directores de proyectos de América Latina están comenzando a notar que sus responsabilidades se han ampliando. Esto va de la mano con asegurar una buena planificación y ejecución de los proyectos, mediante la certificación y el complemento de sus conocimientos. Y todos afirman que tarde o temprano, al finalizar el día, hará falta recurrir a las habilidades blandas. Cambió el perfil, sin duda.

La introducción de profesionales de otras disciplinas a esta labor, la demanda de parte de las compañías por personas con certificación, junto con la necesidad de desarrollar habilidades blandas, son algunas de las modificaciones del perfil. Porque si bien “esta disciplina nació hace 30 años debido a los grandes proyectos de ingeniería e infraestructura, a lo largo de los años la oferta creció y ahora cualquiera puede tener interés en analizar proyectos”, relata Roberto Toledo, coordinador del Diplomado en Administración de Proyectos del ITAM.

Este interés de parte de otros profesionales impulsó que se crearan programas como diplomados o maestrías para profundizar el tema. Un ejemplo es el diplomado que se dicta en ITAM y que “lleva ya casi 17 años de existencia”, dice Toledo, pero al que se le han sumado competidores, como “universidades, empresas de formación de ejecutivos y otras que especialmente capacitan a quienes se especializan en gestión de proyectos”, sigue el coordinador. Un futuro, hasta el momento esperanzador, que en España advirtieron el año pasado, cuando el Instituto Europeo de Postgrados (IEP) arrancó en junio con el MBA con Especialidad en Gestión de Proyectos.

Este universo más heterogéneo es observado desde cerca por quienes se dedican al negocio. “Existe cada vez más directores de proyectos que no han seguido ingeniería, muchos son administradores y abogados que lideran proyectos, que de haber realizado la gerencia para proyectos no técnicos, como de organización, pasaron al lado de la ingeniería por sus habilidades blandas”, dice Bruno Calderón, Associate Fellow en McKinsey & Company. En lo que también concuerda Irwin Franco, PMP y profesor en Maestría de Dirección de Proyectos en la ecuatoriana ESPAE, quien dice “lo veo en las universidades, donde los interesados en especializarse pueden venir del área de la tecnología, y otros de ingeniería cercanos a la construcción, a la energía o al petróleo”.

Certificaciones a la orden del día

Aunque la profesionalización se llevó a cabo hace varios años atrás, por los 70, en el cual “se establecieron mejores prácticas, certificaciones, estándares y el reconocimiento internacional, por lo que hoy existen bastantes profesionales certificados”, dice Franco, es ahora cuando se nota un incremento en las certificaciones en la región.

Instituciones como la organización sin fines de lucro Project Management Institute (PMI) lo avala. Según cifras del PMI, cerca de 30 mil profesionales se han certificado. En Chile y en Ecuador el incremento también se ha hecho notar. “Hemos visto un aumento de la demanda por formación en dirección de proyectos, y de postulaciones a la certificación. Tenemos cerca de 500 certificados ya en Chile”, explica Hemann Noll, quien es past president del PMI Capítulo Chile.

En Ecuador, en tanto, según cuenta Franco, también vicepresidente de Desarrollo Profesional en PMI Capítulo Ecuador, la demanda por certificaciones se ha duplicado en los tres últimos años.“Tenemos 350 profesionales certificados”. Sin embargo, la necesidad estar avalado por una institución en este país no sólo surje para adicionar una capacitación más al currículo, sino porque “se han establecido normas para las licitaciones de los proyectos y eso exige que las empresas que se postulan tengan personal certificado”. Franco sigue: “esto antes no se veía y ha provocado que las empresas se comiencen a profesionalizar”.

Desde Europa también se dan cuenta de la necesidad por capacitarse. “Desde hace unos años las empresas multinacionales y españolas demandan una especialización de sus profesionales en la gestión de proyectos, sea cual sea el sector en el que se encuentre la empresa. Eso ha hecho que a nivel mundial, y también en Europa y España, haya varias entidades que certifiquen según unas guías, exámenes, etc. a los profesionales que buscan esta especialización”, dicen Javier Cervantes, director de Marketing en IEP.

El factor crisis

Pero esta necesidad de parte de las compañías por trabajar con profesionales certificados, toma más fuerza, según lo estiman los especialistas, tras la crisis financiera. “Luego de los proyectos fallidos, se ve a la dirección de proyectos como un facilitador de la estrategia de la empresa”, dice Franco. Esto, pues la crisis obliga a las firmas a ser más cuidadosas con la gestión de la inversión y en la generación de nuevas caapcidades para generar valor. “Ese factor es el que ha generado una necesidad de bajar los riesgos de los proyectos, considerando que los principales problemas son retraso en la entrega, sobre costos, calidad bajo lo especificado, no cumplimiento de las expectativas y que finalmente el producto del proyecto no entregue el aporte en cuanto a capacidad de generar valor para la organización”, explica Noll.

Es entonces cuando tener a los mejores directores de proyectos, que sepan qué hacer y cómo hacerlo, se vuelve fundamental. Y es por esto que un gestor certificado asciende algunos escalones más que el resto. Para Edgar Chaves, subdirector de Eficiencia Operativa para Walmart Centroamérica, es importante que un director de proyecto sepa planificar, al igual que manejar los tiempos, el prespuesto y cumplir los objetivos. “Si se planifica bien desde el comienzo, liderar el proyecto será más fácil, no así si no se planifica bien. Ahí entonces todo estará mal, porque no se alcanzarán los objetivos”, dice Chaves.

Si bien para este conjunto de funciones es preciso tener conocimientos financieros, también se debe manejar el tiempo y a la gente. Al final del día, dice Chaves, se requiere de habilidades blandas: de negociación y de comunicación. Y complementa el gestor de proyectos de Walmart y MBA de Incae que lo que después de todo es verdaderamente indispensable es “conocer del negocio, empaparse de este y así llevar exitosamente el proyecto, además de poseer las habilidades de dirección”.

Un MBA para dirigir un proyecto

Si bien se mencionó que mediante programas como maestrías y diplomados, los interesados en gestionar proyectos pueden especializarse, resulta que un MBA puede ser una muy buena alternativa. Al menos varios de los que se inscriben en estos esperan desarrollar habilidades directivas, impregnándose de las habilidades blandas. Es por esto que muchos de los encargados de este trabajo ingresan en un programa como este y le resulta perfecto, porque es una especie de valor agregado. “Algunos dicen que ser MBA y project manager es la combinación perfecta. Ahora se necesita tener una visión más estratégica del negocio”, dice Toledo.

Aunque Calderón cree que aún falta que en los MBA se incorporen capítulos de gerencia de proyectos, a través de minors, por ejemplo, así como “dar más énfasis en la generación de líderes”, es posible desarrollar las habilidades blandas mediante el curso de un MBA.

Y Chaves complementa “Permite asegurar que se habla el mismo idioma y se conocen las diferentes etapas del proyecto, junto con qué herramientas puedo utilizar. Es decir, da una garantía de conocer los procesos”.

Se trata entonces de un profesional que posee las herramientas óptimas para hacerse cargo de un trabajo que por estos años se ha vuelto un desafío. Toledo asegura que por medio de estos programas “se tiene el conocimiento suficiente para dirigir proyectos, capacidad de management”. Y resulta ser un valor agregado, sigue Toledo, “pues no estamos muy acostumbrados a que se soliciten profesionales certificados, no así entre los norteamericanos”.

Esto a su vez es una muestra clara de que el pefil cambió y que ahora se busca “construir a tiempo, dentro de los costos determinados y con la calidad especificada, pero mañana debemos agregar elementos que aseguren que ese galpón contribuya efectivamente al negocio, que se pueda interactuar con el entorno social e interno de la empresa. Ese complemento de elementos de competencia será parte importante del nuevo director de proyectos”, explica Noll.

Autores

Daniela Arce