Por Maribel Ramírez Coronel, Periodista en temas de economía y salud para El Economista.
La industria de la medicina está viviendo el boom en el uso de internet como hace algunos años lo vivió la industria de viajes u hotelería. Hoy en día la gran mayoría hace on line sus reservaciones de vuelos o de hospedaje, y aplicaciones como Airbnb son extensivamente recurridas.
En el área de la medicina ese proceso ha tardado un poco más, pero hoy ya están detonando con fuerza todo tipo de aplicaciones, plataformas y herramientas de utilidad en el ámbito de la salud. En particular las que conectan al paciente con el profesional de salud o prestador del servicio médico se están expandiendo aceleradamente.
Es el caso de doctoralia, una plataforma de internet originada en España, del grupo DocPlanner, que está resultando un caso de éxito en América Latina. Como TripAdvisor es para los viajes, Dcotoralia lo es para las citas médicas. Llegó primero a Brasil, luego a México, Argentina, Chile, Colombia y Perú, y de acuerdo con su cofundador Frederic Llordachs Marqués, es en estos países donde se seguirán concentrando para fortalecerse en la región.
Se trata de un espacio donde los pacientes preguntan, opinan y pueden encontrar al profesional de la salud que buscan. Y a su vez, ofrece a los profesionales de la salud herramientas para gestionar sus consultas y el seguimiento con el paciente, así como impulsar su presencia en internet. Grupo DocPlanner ya está presente en 20 países con más de 20 millones de usuarios al mes, gestionando unas 325,000 reservas de cita mensuales.
En México el sitio doctoralia.com.mx fue lanzado en el 2010 y gradualmente ha ido penetrando. Su curva creciente se aceleró a partir del 2013 cuando registró un millón de usuarios mensuales, en 2015 con el boom de los smatphones subió a dos millones al mes y en lo que va del 2017, la plataforma ya registra tres millones de usuarios mensuales buscando información sobre servicios médicos y concretando citas por internet.
De hecho, Brasil y México son para Doctoralia mercados clave pues le representan el segundo y tercer lugar en cuanto a volumen de ingresos, incluso más que España. Una razón de ello es porque la salud privada aquí es mucho más fuerte. Otra razón, nos comenta Frederick Llordachs que la semana pasada anduvo en México, es porque los médicos aquí necesitan ser más competitivos en aprovechar las herramientas tecnológicas.
Y es que, a diferencia de los médicos europeos que dependen de la gestión de la sanidad pública, aquí tienen mayor necesidad de buscar pacientes y darles seguimiento.
En México, Doctoralia ha captado ya a 85.000 de los 277.000 médicos registrados con cédula profesional, es decir casi una tercera parte están en esa plataforma digital.
De acuerdo con un análisis sobre la adaptación del sector médico a los cambios tecnológicos, Doctoralia encontró que dos tercios del total de usuarios se conecta a través de teléfonos móviles, mientras que uno de cada cuatro lo hace a través de una computadora de escritorio.
Su aspiración de Llordachs es en 5 años estar generando 1 billón de dólares de ingresos con su plataforma impulsando una medicina más humana, donde el paciente se sienta mejor atendido y el médico se concentre más en su función sanitaria en vez de preocuparse por la gestión. Igualmente vislumbran expandirse en temas de bigdata y flow chain para tener trazabilidad de los mensajes y hacer que los historiales clínicos sean accesibles.
Cómo negar que el creciente uso de Internet para consultar temas médicos y la reservación de citas con especialistas demanda la adaptación del sector salud al paciente del siglo XXI.
También hace latente no solo la necesidad de que médicos o centros de salud generen contenidos de calidad y de confianza, sino también sean participes en el de que médicos o centros de salud generen contenido de calidad y de confianza, sino también sean partícipes en el eHealth, como se conoce a las tecnologías de la información y comunicación implementadas en el entorno sanitario.
Es obligado tenerlo presente considerando que conforme el INEGI, el 59,5% de la población en 2016 se declaró usuaria de internet.