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El centro de Cuba por la costa norte, un maravilloso rincón de playas vírgenes y cultura
Viernes, Diciembre 5, 2014 - 06:57

Además, se pueden encontrar extraordinarios hoteles. Cayo Santa María, una ciudadela cubana paradisíaca, Varadero y Santa Clara, son algunas de los lugares imperdibles.

Cuando se habla de playas en Cuba es imposible no pensar en Varadero, pero la pequeña isla de Cayo Santa María guarda más que sus lugares emblemáticos. En todo el centro del país, por la costa norte, se esconde un inimaginado tesoro de mar: los cayos del norte, entre los cuales está Cayo Santa María, una extensa ciudadela turística con capacidad para más de siete mil personas. Un rincón cubano hecho de playas vírgenes que se perfila como uno de los más completos destinos de descanso.

La oferta turística es inacabable. Desde hoteles para parejas, hasta enormes complejos familiares. Desde caminatas ecológicas, hasta paseos en catamarán rumbo al delfinario. Se puede gozar de un día en las cristalinas playas azuladas o un excitante paseo a caballo.

La oferta gastronómica es otro de sus atractivos. Es posible degustar platos de la comida criolla o sofisticadas recetas internacionales. De alguna manera, este cayo tiene todo lo que un agotado ciudadano quiere para unos días de descanso.

La región, sin embargo, es más que playas de arena blanca y aguas cristalinas. Es una zona que ha hecho un esfuerzo por crear un modelo turístico amigable con el medio ambiente y por posicionarse como un destino importante para el turismo nacional e internacional.

Prueba de ello es el pedraplén Caibarién, una carretera de 48 kilómetros construida en piedra que conecta la región continental de los cayos de Santa María, Las Brujas y Ensenachos.

Esta obra, reconocida con varios premios internacionales, está conformada por 44 puentes en hormigón armado, que logran que la flora y la fauna de la zona no sean afectadas por la carretera. El piedraplén permitió el acceso a los cayos del centro-norte de la isla, que por décadas fueron conocidos como el archipiélago Jardines del Rey. En 1514 el conquistador Diego Velázquez de Cuéllar los bautizó en honor al rey Fernando II.

En tiempos de la Colonia la región no tuvo mayor desarrollo, su exuberante vegetación se convirtió en una barrera para los conquistadores y en un refugio para comunidades aborígenes. Por décadas, los más de 2.500 cayos que componen el archipiélago fueron tierras vírgenes apenas ubicadas en el mapa. Pero en el área continental que conduce a estas playas, los españoles sí hicieron presencia. Por allí edificaron algunas de la primera villas y dejaron a su paso bellas construcciones.

Es el caso de Remedios, fundada por Vasco Porcallo de Figueroa en 1513 y considerada el tercer polo de asentamiento español en la isla. La tradición más conocida de este poblado colonial son las Parrandas Remedianas, que comienzan el 16 de diciembre y terminan el 24.

Muestra de su importancia histórica es la Iglesia Mayor San Juan Bautista, que cuenta con 13 altares enchapados en oro. Precisamente, esto atrajo varias embarcaciones piratas y tras sus ataques los habitantes de este pueblo decidieron asentarse en diferentes lugares.

Fue así como se fundó Santa Clara, un pequeño pueblo emblemático para la Revolución Cubana. Hasta allí llegaron 175 personas provenientes de Remedios para iniciar una vida tranquila y alejada de los peligros piratas. Durante el siglo XIX sus pobladores se dedicaron a actividades ganaderas y a la agricultura. Cuando la caña de azúcar se convirtió en el eje económico de la isla, las zafras se regaron por sus tierras rojas.

Sin embargo, fue la toma de Santa Clara, dirigida por el legendario guerrillero Ernesto Che Guevara, en diciembre de 1958, la que le brindó un lugar en los anaqueles de la historiografía revolucionaria. Por esos días, el régimen de Fulgencio Batista estaba al borde de caer. La Revolución Cubana crecía en apoyo y el ejército rebelde ganaba posiciones hora tras hora.

Vino entonces el episodio que le daría el triunfo definitivo a la revolución liderada por Fidel Castro. La toma de Santa Clara parecía ser el golpe fulminante para derrocar la dictadura de Batista. La provincia de Las Villas estaba casi totalmente controlada por el ejército rebelde y sólo faltaba la estocada final. Tarea que se le encomendó al Che. El calendario marcaba 15 de diciembre y se necesitaba romper la comunicación entre el oriente y el occidente de Cuba.

Entonces el Che se enteró de que el ejército de Batista había puesto en marcha un tren que llevaba los últimos pertrechos de guerra. Era blindado y se decía que era imposible de descarrilar. La estrategia guerrillera fue cortar los puentes Falcon y el del río Calabazar, arrancar los rieles y esperar su arribo. Era la noche del 28 de diciembre, la revolución bullía y el tren cayó.

La noticia de la toma sellaba la victoria en Santa Clara y el dictador Fulgencio Batista decidió escapar la noche del 30 de diciembre con todo el dinero del tesoro público. En esta heroica Santa Clara, hasta donde se puede arribar en avión, se erigió el mausoleo Che Guevara. Allí reposan sus restos y los de los 29 guerrilleros que murieron con él en Bolivia.

Estas historias y cientos de paisajes paradisiacos pueden ser encontrados en la región central, en el lado norte de la isla. Y aunque no es muy conocido, el gobierno cubano tiene claro que su potencial puede llegar a ser mayor que el del principal destino turístico de Cuba: Varadero.

Por eso ya se avanza en un plan de ordenamiento territorial que proyecta una inmensa ciudadela compuesta por hoteles de lujo para recibir a más de 15 mil turistas. Las condiciones son inmejorables.

Playas vírgenes, aguas claras y azules, así como una infraestructura de primer nivel. Pero como no sólo de paisajes vive el hombre, se han creado toda suerte de planes para entretener a sus visitantes. Precisamente por esta proyección, la aerolínea Copa Airlines abrirá el próximo 9 de diciembre una ruta directa desde nueve ciudades colombianas. Luego de hacer escala en Ciudad de Panamá, los viajeros podrán llegar directamente a Santa Clara. El plan de la línea aérea incluye dos vuelos semanales.

Caminatas, safari en 4x4, paseos en alta mar, buceo y visitas a fincas campesinas, así como una amplia oferta de vida nocturna y experiencias gastronómicas son algunas de las opciones que este mágico lugar ofrece a quien lo visite. Un escenario que hace del archipiélago Jardines del Rey una ciudadela paraíso.

Autores

Lifestyle.com / El Espectador