Su nombre científico es Bactris gasipaes y es una fruta nativa del trópico americano que formó parte de la dieta básica de los indígenas de la región. Conocida como tembé (Bolivia), pupunha (Brasil), pejibaye (Costa Rica y República Dominicana), manaco (Guatemala), pibá, pixbae o pifá (Panamá), pijuayo (Perú) y pijiguao (Venezuela), está dotada de grandes propiedades nutricionales.

 

Según un estudio realizado por ingenieros agroindustriales de la Universidad del Cauca, su cultivo ha cobrado fuerza en la última década en distintos países de América Latina, desde el sur de México hasta el sur de Brasil y Paraguay, con una mayor diversidad en la Amazonía.

 

Aunque su contenido de proteínas es inferior al del fríjol, garbanzo, lenteja, maní y soya (solo tiene un promedio de 7.8g por cada 100 g de pulpa seca), su pulpa es fibrosa-harinosa y rica en almidón (carbohidratos), proteína, ácido ascórbico, caroteno, niacina y otros elementos importantes para la dieta humana.

 

Su contenido de caroteno (superior al de la zanahoria y el achiote) y su nivel de ácido palmitoléico le dan una connotación especial como alimento y fuente de grasa. Es rico en minerales indispensables como calcio, hierro, zinc, fósforo y cobre, y posee una alta concentración de betacaroteno, precursor de la vitamina A, el cual es un excelente antioxidante que retarda el envejecimiento prematuro y cumple su función como anticancerígeno ayudando a proteger  y rehabilitar piel y mucosas.

 

Por su alto contenido en carbohidratos y aminoácidos, es una fuente energética natural, de ahorro de proteínas, que regula el metabolismo de las grasas. Es ideal para personas que necesitan energía inmediata en el ejercicio, para hacer actividades que requieran gran esfuerzo.

 

El chontaduro provee ácidos grasos esenciales polinsaturados omega 3 y 6 (linoleico y linolénico), que protegen al corazón de enfermedades cardiovasculares y nivelan el porcentaje de grasas en el cuerpo como el colesterol y los triglicéridos. Su aporte de proteína por otro lado, ayuda a mantener y reparar el músculo, regular funciones endocrinas y sistémicas y reforzar el sistema inmunológico.

 

La arginina es uno de los aminoácidos de mayor concentración en la composición de esta fruta, lo que le atribuye importantes beneficios al cuerpo como:

 

-Mejora el sistema inmune

-Mejora la función sexual aumentando el flujo sanguíneo

-Puede aumentar la cantidad de esperma, útil en el tratamiento de infertilidad masculina.

-Estimula la producción de la hormona de crecimiento.

-Quema las grasas y ayuda a la construcción muscular.

-Favorece la cicatrización de las heridas.

-Puede impedir el crecimiento de distintos tipos de tumores cancerosos.

-Favorece la producción de células T, permitiendo al cuerpo protegerse mejor.

-Ayuda al crecimiento del cabello y uñas.

 

Otro componente de alto nivel es la fibra, esto ayuda a aumentar las veces que se va al baño favoreciendo la desintoxicación del organismo y la fácil expulsión de heces. Además, activa la flora bacteriana y da la sensación de saciedad, disminuyendo las ganas de comer constantemente, especialmente útil para las personas que quieran bajar de peso.

Esta fruta regula el colesterol malo o LDl, capaz de cubrir las paredes del intestino evitando la absorción del colesterol de los alimentos. Su fibra soluble, ayuda a disminuir la absorción de los carbohidratos de los alimentos que ingerimos, evitando el aumento brusco de azúcar en la sangre y protegiendo al organismo contra enfermedades del corazón, cólon, mama, cancerosas, entre otras.

 

 

Podemos encontrar el chontaduro en diferentes presentaciones

-Maduro: sancochado.

-Enlatado: en salmuera, en vinagre, con condimentos o sazonado y encurtido.

-Tostado: aroma a nuez

-Granulado o molido: para salsas, relleno para pollo, pavo o cerdo y flan.

-Harina: para pan, tortillas, cereal para el desayuno, bebidas endulzadas con azúcar y helados.

-Frito: chips.

 

Sopa de chontaduro

Ingredientes

-8 chontaduros medianos  ya cocinados y cortados

-1 cebolla roja pequeña picada en cubitos

-1 taza de caldo de pollo, o pescado, o res

-1 taza de leche

-Pimienta al gusto

- Sal al gusto

-Lajitas de queso paipa

-Opcional- crema de leche light

 

Lo primero que tienes que hacer es sofreír la cebolla directamente en una olla. Agrega un poco de mantequilla a la cebolla (1 cucharadita) y luego el chontaduro picado. Dora todo junto.

Después agrega el caldo de pollo, un poco de agua y deja cocinar por un rato (15 min aproximadamente). Deja enfriar. Licua y agrega la leche. Sazona con sal, pimienta y deja cocinar hasta que espese.

Sirve en platos hondos y decora con un chorrito de crema de leche o unas lajitas de queso paipa. ¡Imperdible!

 

Nota: También lo puedes hacer con caldito de pescado y camarones.

 

Viviana Ortega*/ Cromos/ El Espectador