Aunque lleva poco tiempo, la Asociación de Moda Sostenible del Perú logra sumar el concepto en la industria. La mirada que se propone es profundizar un paradigma moderno.
En los últimos cinco años la moda peruana ha crecido notablemente, potenciándose con eventos como el Lima Fashion Week y haciendo gala de un intenso deseo por desarrollar un concepto de valor agregado, a base de identidad propia y materiales representativos.
En la región los focos principales se concentran en Brasil, México, Colombia y Chile, que más o menos copan el 80% del valor económico de la moda por estos lares. Perú busca arrimarse a ese grupo.
La clave en todo el proceso, según indica Efraín Salas, director de la Semana de la Moda peruana, es posicionar en el mercado algunas de las líneas propuestas por los diseñadores o establecer alianzas con las empresas confeccionistas. Ambos casos se han dado y la moda peruana avanza.
Como toda experiencia industrial, la moda implica intensos procesos económicos, sociales y ambientales. Para enfrentar ese desafío de variadas dimensiones surge la Asociación de Moda Sostenible del Perú (Amsp), presentada recientemente a fines de abril.
La entidad busca fortalecer el sector de la moda enlazando a todos los actores de su cadena valor, con la finalidad de posicionarla como un modelo de cambio en la industria y una filosofía de vida para los consumidores.
"Creemos que la moda debe comportarse con responsabilidad y compromiso, junto con generar y preservar beneficios intangibles como felicidad y bienestar también debe preocuparse del medio ambiente, de las condiciones laborales y sociales en sus colaboradores, artesanos y proveedores, rechazando -entre otros aspectos- la mano de obra infantil, generando cimientos éticos y sostenibles de la actividad en el país", señala Ornella Paz Ruiz, una de sus fundadoras.
La idea fundamental del grupo es impactar en la conciencia de los consumidores para que al adquirir productos relacionados con la moda se pregunten con rigor "¿de dónde y en qué condiciones provienen las prendas que compro?".
Ruiz señala que es posible exigirle a las marcas que hagan pública la información que debe ser compartida, como una práctica de transparencia y compromiso con la cadena de colaboradores e instancias relacionadas con el proceso.
"Las marcas deben responsabilizarse de homologar a sus proveedores, asegurándose el respeto por las mejores condiciones de diseño y fabricación. La moda sostenible justamente se basa en estos dos aspectos fundamentales: respeto por los demás y el consumo responsable", dice la fundadora de Amsp.
Se busca incorporar el concepto de sensibilidad tanto en los consumidores como en las marcas del sector, sumando también a los medios de comunicación. "Creemos que si del mismo modo que en nuestro día a día tenemos la obligación moral de dar el ejemplo a otras personas para que se comporten con buena voluntad, también las empresas y marcas deben fijar metas para concientizar a las personas y a sus propios pares", enfatiza Ruiz.
- ¿Cuáles son las principales acciones que se llevan a cabo este año para dar a conocer la entidad y sus planteamientos?
- La Amsp la formamos en abril en el marco del Fashion Revolution Day, movimiento que nace con la finalidad de conmemorar y protestar la muerte de más de mil personas en el edificio Rana Plaza en Bangladesh el año 2013, quienes trabajaban en condiciones deplorables para grandes marcas de diseño de moda, sin respeto a los horarios de trabajo, salud y seguridad, con mucha mano de obra infantil, entre otros aspectos negativos.
En ese contexto presentamos la asociación con la finalidad de conocer los comentarios y sugerencias que nos hace hasta ahora la comunidad. Con esa información encaminaremos estratégicamente la organización.
Nuestro primer objetivo es difundir, comunicar e introducir el término “moda sostenible” en charlas, talleres, reuniones de networking y convocar a todos los actores directos de la moda en nuestro país. Asimismo queremos aprovechar el soporte digital y difunfir a través de nuestra página web y redes sociales, información valiosa sobre moda sostenible, brindando ideas a las marcas y consumidores para replicarlas.
También buscamos alianzas estratégicas con la academia -escuelas de moda y universidades que tengan carreras afines- y organizaciones gubernamentales para desarrollar eventos y charlas informativas.
- ¿Cómo califican la recepción en Perú, esperan seguir avanzando hacia otros países?
- Creemos que aún es muy pronto para ver el primer aspecto. Sin embargo, en la primera presentación que realizamos en el marco del Fashion Revolution Day podemos asegurar que encontramos gente -estudiantes de moda, profesionales, diseñadores, profesionales en temas de responsabilidad social y sostenibilidad- muy entusiasmada e interesados por conocer más sobre este tema.
Nuestro objetivo a corto plazo es impactar en Perú y poco a poco ir desarrollando relaciones con organizaciones a nivel latinoamerica y mundial. Ya mismo estamos en contacto con Uruguay y con la Asociación de Moda Sostenible de Barcelona.
Aunque llevan poco tiempo, han logrado instalar un interesante debate en torno al concepto en la industria. La mirada que proponen es la profundización de un paradigma moderno. La entusiasta y emergente industria de la moda peruana se beneficia y potencia aún más al sumarse la idea de lo sostenible o sustentable.