Estudio del Oregon State University señala que se trata de la forma menos procesada del té, por lo que conserva mejor sus propiedades sanitarias.
Aunque ya se han dado a conocer las magníficas propiedades que tienen el té verde y el negro, gracias a lo cual millones de personas los prefieren, lo cierto es que hasta ahora el té blanco aún no contaba con una cobertura mediática que explicara sus beneficios para la salud.
Cabe precisar que el té blanco es aquel que se realiza con los nuevos brotes de crecimiento y las hojas jóvenes de la planta Camellia Sinensis.
De acuerdo con la Oregon State University el té blanco es una variedad específica en la que las hojas y los brotes son simplemente al vapor, para inactivar la polifenol oxidasa, y luego se seca.
Por ello, el té blanco representa la forma menos procesada de esta tradicional bebida, menos que el verde y el negro, que de hecho se someten a varios procesos de oxidación, los que -dependiendo de las formas en que se realicen- pueden restarle propiedades.
Gracias a la oxidación mínima, los investigadores de dicha universidad indican que esta variedad de té conserva las altas concentraciones de catequinas presentes desde las hojas frescas.
Múltiples beneficios
Así, el té blanco genera grandes beneficios para la salud cuando se consume con frecuencia, es decir, por lo menos una vez al día. Su sabor es más suave y agradable que otras variedades, por lo que si no gusta lo fuerte esta es -sin duda- la opción.
Dentro de los beneficios que posee esta variedad está la quema de grasas y el fortalecemiento de las defensas del organismo, además de ser un gran aliado para acelerar el metabolismo, eliminar las toxinas y ayudar a prevenir la inflamación abdominal.
Además, ayuda a tener una piel firme, protege los dientes y evita las infecciones bucales y la presencia de caries.
A lo anterior se suma que fortalece la memoria, baja los niveles de estrés y protege el corazón, reduciendo el riesgo de problemas cerebrovasculares o de infarto. Es indicado para personas de colesterol alto y presión elevada.
Si bien todos los tés contienen cafeína desde su origen, a menos que sean descafeinados deliberadamente mediante procesos, esta variedad tiene la mitad en comparación con el verde, por lo que se puede beber en mayores cantidades.
Es una infusión que se utiliza para la prevención y curación de muchas enfermedades, además de mantener el equilibrio energético y funcional de todo el organismo, mejora el sistema inmunológico y el desgaste de las células.
