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El desarrollo desigual del mercado de financiamiento educativo en Perú
Viernes, Septiembre 12, 2014 - 07:54

Mientras el financiamiento de estudios de posgrado crece a tasas de 20%, el mercado de préstamos para la educación escolar y universitaria no tiene un desarrollo significativo.

En pañales y con mucho potencial de crecimiento. Así podría definirse la situación del mercado para financiar los estudios escolares y de pregrado universitario y que contrasta con el dinamismo de la oferta crediticia para financiar los estudios de posgrado, especialmente los MBA y las maestrías. 

En materia de financiamiento educativo parece haberse producido una suerte de división de trabajo: los bancos se encargan de las maestrías y las compañías de seguro ponen a disposición de las personas opciones para cubrir los gastos que demanden la educación escolar y universitaria de sus hijos.

El mercado de financiamiento a la educación universitaria y escolar tiene muy poco desarrollo. En la actualidad, ambas necesidades de financiamiento se atienden por medio de préstamos de libre disponibilidad otorgados a los padres de familia y no a través de productos dirigidos específicamente a escolares y universitarios, ya que este público no es considerado sujeto de crédito”, dice Fernando Cisneros Torres, subgerente de consumo del BBVA Continental.

El ejecutivo comenta que, debido a que los estudiantes no perciben ingresos, existe un riesgo bastante grande para este tipo de financiamiento y que además la probabilidad de que en el futuro puedan repagar la deuda depende de muchos factores, entre ellos la universidad en la que estudiaron, la carrera que eligieron, si existen suficientes puestos de trabajo, etc.

Para que el mercado de financiamiento a escolares y universitarios se desarrolle de manera efectiva en el Perú, según Cisneros, se necesitarían avales de las universidades y un fondo estatal, con lo que se lograría que las tasas sean accesibles al cliente final. “Sobre esto existen experiencias en otros países con préstamos de largo aliento y tasas bajas”, subraya.

En Interbank se da la misma figura, con el padre de familia como cliente. Francisco Vilca, gerente de gestión de clientes, tarjetas de crédito y préstamos personales de la entidad, detalla que, a diferencia de los préstamos para programas de posgrado, donde el alumno solicita el financiamiento, para estudios escolares y de pregrado son los padres o tutores quienes pueden solicitar un préstamo de libre disponibilidad.

“Este tipo de productos permite a los padres de familia cubrir las necesidades educativas de sus hijos gozando de tasas diferenciales, periodos de gracia de hasta dos meses y plazos de pago de hasta sesenta meses”, afirma.

En el caso del BCP, según Pablo de la Flor, gerente de división de asuntos corporativos, cuenta con un programa de créditos que permite que jóvenes de escasos recursos continúen sus estudios de pregrado.

“Se trabaja con alumnos universitarios que cursan desde el cuarto semestre académico en adelante que, y que por distintas razones (en su mayoría dificultades económicas), ven en peligro su continuidad en la universidad. A estos beneficiarios los empoderamos para que sean ellos mismos quienes asuman la responsabilidad del financiamiento de sus estudios”, señala el ejecutivo.

Asegurando el mañana

Mientras el financiamiento bancario de los estudios escolares y de pregrado parece avanzar a paso lento, por parte de las compañías aseguradoras ya existen productos destinados a cubrir estas necesidades.

El vicepresidente comercial de Interseguro, Carlos Chamochumbi Macchiavello, comenta que han puesto un particular énfasis en comercializar productos de este tipo impulsados no solo por un fin económico, sino principalmente porque consideran que la educación es el eje central del futuro desarrollo del Perú. 

“Tenemos la firme convicción de que nuestros productos deben contar con un fin trascendental y no solo de rentabilidad. Por ejemplo, Educación garantizada es un seguro diseñado para proteger el futuro profesional de los hijos de nuestros clientes. Por medio de este seguro, nuestros afiliados cuentan con un fondo de interés garantizado, y pueden acumular y capitalizar su dinero para afrontar los gastos de la educación universitaria de sus hijos”, detalla.

Por su parte, Nils Summers, subgerente de seguros personales de Rimac Seguros, señala que dentro del mercado de seguros de vida y accidentes están buscando cubrir las necesidades de protección e inversión de sus clientes en función de sus particularidades y considerando en qué etapa del ciclo de vida se encuentran. “Una de las combinaciones más recurrentes son padres de 30 a 50 años con hijos en edad escolar o universitaria y que buscan estar preparados ante cualquier imprevisto que podría dejar sin protección la educación de estos últimos”, precisa.

El ejecutivo asegura que la preocupación latente de las personas por salvaguardar el futuro educativo de sus hijos ha generado que el mercado de aseguramiento para la educación tenga hoy un gran potencial de crecimiento en nuestro país. “Frente a esta posibilidad, las compañías de seguros estamos aprovechando este importante nicho con la creación de un adecuado y beneficioso portafolio de productos”, dice.

Armando Mejía, gerente central de canales directos de Pacífico, coincide con Summers, y comenta que, enfocados en asegurar la educación, en su compañía han desarrollado dos productos específicos: Fondo universitario y Educación segura. “El primero es un seguro de vida que permite acumular, durante un periodo determinado, un fondo de ahorro destinado a cubrir los estudios de los hijos, pues, en caso de fallecimiento o invalidez del padre o tutor asegurado, Pacífico asume las primas restantes hasta finalizar el plazo de inversión”, puntualiza.

Mientras, en el caso de Educación segura, Mejía explica que es un seguro de accidentes personales que posibilita que, en el caso de que ocurriera el fallecimiento accidental o invalidez accidental del asegurado, la compañía pague la suma asegurada contratada a través de sesenta rentas fijas mensuales, lo que posibilita afrontar los gastos escolares o universitarios.

Nils Summers manifiesta que los productos con mayor atractivo en este mercado son los que ofrecen beneficios de ahorro/inversión. “Estos productos, aparte del beneficio de sobrevivencia y la capacidad de determinar un monto específico en un plazo determinado, ofrecen una mayor flexibilidad en los plazos. Adicionalmente, como el nicho de mercado está compuesto principalmente por personas con hijos en edad escolar o universitaria, la edad promedio es más baja, lo que se refleja en un menor precio final del consumidor”, resalta.
La educación cuesta y el sector asegurador parece haber encontrado una oportunidad para escolares y universitarios.

Autores

America Economia