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El despertar de la innovación en China
Jueves, Noviembre 22, 2018 - 06:00

Durante los últimos cinco años,el país ha dado un enorme salto en cuanto a avances científicos y tecnológicos, priorizando la innovación como motor de desarrollo.

Una luz azul envuelve el cerebro de un ratón sumergido en líquido mientras una cuchilla de diamante separa con delicadeza una capa del tejido gris de una sola micra de espesor.

La capa es a continuación escaneada y digitalizada. Así se hará una y otra vez con unas 10.000 capas hasta obtener un mapa completo del cerebro del ratón.

Las imágenes de los coloridos sistemas neurales y vasculares del cerebro que muestra el monitor se parecen a una red de intrincadas carreteras. Este es el mapa más claro del cerebro de un mamífero.

Decenas de instrumentos como este funcionan sin descanso en los impolutos laboratorios del Instituto de Ciencias Cerebrales de Suzhou, adscrito a la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong (HUST, por sus siglas en inglés) situado en el Parque Industrial de Suzhou, en la provincia oriental china de Jiangsu. No lejos se ubican los Jardines de Suzhou, famosos por su diseño ingenioso y exquisito y estética oriental.

La revista Nature informó recientemente de la construcción del instituto, lo que suscitó gran interés en los círculos académicos.

"Hemos tenido éxito con ratones, y estamos haciendo esfuerzos para completar mapas de primates, que son más avanzados y complejos", indica el subdirector del instituto, Li An'an.

"Nuestro objetivo final es ser los primeros del mundo en conseguir un mapa preciso del cerebro humano, lo que nos ayudaría a descubrir sus secretos", revela.

Este es solo uno de los logros de China en la vanguardia de la ciencia y la tecnología.

En su libro Ciencia y civilización en China, el historiador científico británico Joseph Needham describió a China como un gran país de inventores y creadores que quedó rezagado en los tiempos modernos.

Pocos chinos participaron en los grandes avances científicos y tecnológicos del siglo XX.

Pero la situación está cambiando rápidamente. Del desarrollo de Internet al estudio del cerebro, de la exploración del espacio a la de las profundidades marinas, de la observación del universo al estudio de las micropartículas, los chinos trabajan hoy en casi todos los campos de la ciencia y la tecnología.

En una cueva de Wuhan, capital de la provincia central de Hubei, científicos del HUST han medido la constante gravitacional durante más de 30 años y obtenido recientemente el resultado más preciso nunca calculado.

Isaac Newton descubrió el principio de la gravitación hace más de 300 años, pero las mediciones de la constante nunca fueron precisas.

"El cálculo preciso de la constante gravitatoria es importante para entender la gravedad en profundidad, y las técnicas de medición podrían aplicarse en la búsqueda de minerales y la navegación. El estudio también podría ayudarnos a determinar si el universo tiene otras dimensiones, como planteó Stephen Hawking, lo que podría llegar a permitirnos viajar a través del tiempo y el espacio", aventura el director del centro gravitacional del HUST, Tu Liangcheng.

China ha intensificado los esfuerzos de exploración del universo en los últimos años para recuperar el orgullo en sus excepcionales hallazgos astronómicos que tuvo en la Antigüedad.

Ya hace 4.000 millones de años, China tenía astrónomos funcionarios a tiempo completo y el registro más antiguo del paso del cometa Halley. La duración del año la midieron y determinaron astrónomos chinos hace más de 700 años, en línea con el calendario gregoriano actual.

China construyó recientemente el Radiotelescopio de Apertura Esférica de 500 metros (FAST, por sus siglas en inglés), el radiotelescopio de un solo plato más grande del mundo, que ha descubierto decenas de nuevos púlsares.

Científicos del Observatorio de la Montaña Púrpura de China (OMP) y otras instituciones están avanzando en la construcción de un observatorio en la capa helada continental de la Antártida.

"Ese sí que será puntero a escala mundial", asegura el director del departamento de Radioastronomía Antártica del OMP, Shi Shengcai.

Terminado en 1934, el OMP fue el primer observatorio moderno construido por chinos. La decisión original de construirlo se tomó para evitar el monopolio de la investigación astronómica en China por parte de los colonialistas occidentales.

En su nuevo y bello parque de oficinas a las afueras de Nanjing, capital de la provincia de Jiangsu, los científicos trabajan en un detector espacial de última generación para buscar materia oscura.

El ideólogo y filósofo chino Zhuangzi, que vivió hace más de 2.000 años, creía que la estructura de los materiales podía dividirse infinitamente. Los científicos chinos de la actualidad siguen explorando el microcosmos, y en los últimos años han logrado numerosos avances en campos la comunicación cuántica o la superconectividad basada en los neutrinos y el hierro.

La empresa privada de nanotecnología Suzhou Nanomicro Technology desarrolla nanomateriales que parecen harina blanca, pero que son en realidad diminutas esferas, más finas que un pelo, con una especial capacidad de absorción que las hacen aptas para su uso farmacéutico y en pantallas de cristal líquido.

"Hemos roto el monopolio técnico de Estados Unidos y Japón y ahorrado cientos de millones de dólares en costes de importación", celebra el presidente de la compañía, Jiang Biwang.

Cada vez son más los jóvenes chinos dedicados a la innovación. Suzhou Novosense Microelectronics nació hace cinco años para desarrollar chips para sensores y aislantes. Los fundadores de esta compañía nacieron todos después de 1980.

El consejero delegado, Wang Shengyang, señala que más de la mitad de la plantilla trabaja en I+D.

Las estadísticas muestran que la inversión de China en I+D en 2016 fue superior a la de la UE y solo estuvo por detrás de la de Estados Unidos, así como que representó el 21 por ciento de la inversión mundial en el campo. China tiene más trabajadores de I+D que ningún otro país, y es el segundo con más trabajos científicos publicados en revistas internacionales. Los avances científicos y técnicos suponen el 55,3 por ciento del crecimiento económico del país.

China ha recuperado su lugar como principal contribuyente a la ciencia y la tecnología gracias a las políticas de reforma y apertura. En una conferencia nacional sobre ciencia en la primavera de 1978, el entonces líder chino, Deng Xiaoping, destacó el papel de la ciencia y la tecnología como fuerza productiva.

Desde los años 80, China ha tomado una serie de medidas políticas y publicado directrices para promover el desarrollo de la ciencia y la tecnología.

Gan Lin, director del centro de investigación y desarrollo del Centro Nacional de Supercomputación, situado en Wuxi, dice que China hizo pronto planes para la investigación sobre supercomputadoras. Una estrategia fue introducir tecnologías extranjeras, y otra fue la independencia.

La Sunway TaihuLight, la supercomputadora más rápida de China, es el resultado de la segunda estrategia, pues el 100 por ciento de sus componentes, incluidos los chips, fueron diseñados y hechos en China.

La Sunway TaihuLight fue la supercomputadora más rápida del mundo en 2016 y 2017, lo que llevó  a investigadores chinos a ganar el Premio ACM Gordon Bell, conocido como el "Premio Nobel" de la aplicación de supercomputadores.

"La decisión de ser independientes fue magnífica. La tecnología esencial no se puede comprar", agrega Gan.

China aprobó en 2006 un plan a medio y largo plazo sobre el desarrollo de la ciencia y la tecnología hasta 2020, centrado en la innovación.

La innovación ha sido reconocida poco a poco como un motor para transformar el modelo de desarrollo de China, orientado inicialmente a la exportación y manufactura de costo bajo, en uno basado en el conocimiento y el desarrollo sostenible.

China también ha puesto fin a la política de puerta cerrada. "La investigación de la astronomía necesita de la cooperación internacional", dice Shi, del OMP.

El milagro económico de China ya ha empezado a impulsar la ciencia y la tecnología. La construcción del Instituto de Ciencias Cerebrales Brainsmatics de Suzhou recibió una inversión de US$65 millones.

En la Zona de Desarrollo de Alta tecnología del Lago del Este, en Wuhan, el Gobierno está invirtiendo una gran cantidad de dinero para construir una escuela internacional y un hospital infantil, con el objetivo de atraer a científicos y tecnólogos de talla mundial.

China también promueve el desarrollo de ciencia y tecnología a través de la innovación institucional.

La Universidad Jiaotong del Suroeste, en Chengdu, capital de la provincia suroccidental de Sichuan, así como otros centros de educación superior de China, están ensayando una audaz reforma para permitir a los investigadores disfrutar de parte de los derechos de patente de sus inventos relacionados con su trabajo. Anteriormente, estas patentes pertenecían por completo a las universidades.

Como resultado de la reforma, la creatividad ha sido alentada, y en consecuencia el número de aplicaciones de patente se ha elevado de forma notoria.

Autores

Agencia Xinhua