Regresar al empleo en el segundo mes del año permite entrar paulatinamente en el ritmo laboral, adelantar trabajo y planificar tareas.
Tomar vacaciones en febrero, es la costumbre de la mayoría de los chilenos. Según un estudio de Adimark, el 58% de los encuestados en 2017 declaró que el año anterior tomó vacaciones en febrero y el 35% tomó vacaciones en enero.
La minoría que vacaciona en enero “muchas veces lo hace motivada por precios más asequibles por la menor demanda, mejor clima si viaja al sur del país o enlaza con año nuevo y alarga el tiempo de descanso para iniciar con mayor energía el periodo laboral”, explica Nélida González, psicóloga laboral de la empresa de recursos humanos GrupoExpro.
Quienes trabajan durante febrero, tienen la ventaja que el segundo mes del año decae la intensidad laboral. “Aunque lleguen a reemplazar a compañeros de empresa, la carga de trabajo baja, pues muchas veces jefes, contrapartes o clientes están de vacaciones. Esto permite entrar paulatinamente en ritmo laboral y no abruptamente en marzo como ocurre a quienes vacacionan en febrero, reduciendo inclusive la intensidad del estrés post vacacional”, explica.
Sin embargo, al regresar a trabajar en febrero muchas veces sienten que el descanso se esfumó rápidamente, mientras la mayoría vacaciona. “Deben esperar un año para volver a salir de vacaciones y se puede generar una sensación de año laboral más largo”, advierte.
Para aprovechar las ventajas de trabajar en febrero, la experta de GrupoExpro aconseja:
Parcelar: para evitar la sensación que las próximas vacaciones están lejanas, se recomienda dejar parte del periodo de descanso para otra etapa del año, lo que mantendrá vivo el entusiasmo.
Distraerse: dada la menor congestión de personas y tráfico en febrero, aprovechar de dormir más horas antes de ir al trabajo y luego de éste realizar algún hobby, deporte, ir al cine o juntarse con amigos, que distraiga y permita retomar con entusiasmo y energía la labor del día siguiente.
Planificar: las menores interrupciones y la mayor calma en el trabajo en febrero, permite realizar un trabajo con mayor continuidad, por lo que es un tiempo apropiado para definir metas del año, planificar los próximos meses, o planear el rumbo que se desea dar a la trayectoria laboral con mayor tranquilidad mental.
Adelantar: si el cargo lo permite, aprovechar febrero para adelantar trabajo y amortiguar la abrupta demanda de tareas que se inicia en marzo. Se puede adelantar análisis, informes, solicitud de cotizaciones a proveedores, y trámites personales que en marzo distraen y quitan energía para trabajar.
Actualizar: la calma de febrero, da tiempo para ordenar archivos e información, respaldar datos en el computador y desechar documentación irrelevante que desordena el escritorio. Este orden evitará perder tiempo en buscar documentación y ayudará a retomar con mayor fluidez el trabajo en el año laboral que se inicia.