Gonzalo Castillo lanzó su publicación, en el que asegura que esta disciplina resurgió como un instrumento mucho más estratégico.
Enterrar algo sólo para que renazca de sus cenizas es lo que hace el diseñador y director ejecutivo de Procorp, Gonzalo Castillo, en su libro “El Diseño ha muerto, Viva el Diseño”, recientemente lanzado.
El autor plantea que el diseño, entendido dentro del proceso de hacer y construir una marca, vive hoy un cambio de foco que lo aleja de la cosmética y lo acerca a la estrategia. De esta forma, pasó de primar la estética a la funcionalidad, para luego centrarse en la emoción.
“El diseño surge en la Revolución Industrial donde le dio dignidad a los objetos que el mundo industrial le estaba arrojando a la sociedad. Los primeros productos eran verdaderos remedos del estilo neoclásico o Art Nouveau, hasta que empezó a ganar terreno y relevancia instalando una noción estética y cultural”, relató Castillo.
Un nuevo quiebre se produjo luego al tomar fuerza la funcionalidad, “es algo que no puedes dejar de lado, una silla tiene que servir para sentarse, pero ahora está el tema de la emoción. Todos esos momentos del diseño como una variable cosmética han significado su muerte y su renacimiento, instalándose ahora como una variable estratégica centrada en interpretar a los usuarios más allá de lo que puede hacerlo un modelo de negocios”, añadió.
Un ejemplo de esto, aseguró el autor, es Airbnb, ya que a través del diseño logró conectar y empatizar las nuevas tendencias que buscan los viajeros con las de quienes ofrecen sus espacios. Por eso, señaló que la clave hoy es escuchar al cliente, específicamente observar e interpretar incluso aquello que no parece tan obvio.