Tras revisar 150 estudios disponibles sobre la enfermedad, un panel de científicos señaló que el ejercicio es la forma más práctica de prevenir y lidiar con ella.
Actualmente, según la organización mundial de la salud (OMS) en el mundo hay 47,5 millones de personas que sufren de demencia asociada al Alzhéimer. Es como si todos los habitantes de Colombia sufrieran de esta enfermedad degenerativa que, ademas, no tiene cura.
Por eso, un panel de expertos y líderes de organizaciones sin ánimo de lucro se reunieron en la Universidad de Okanagan, en Canadá, para exponer lo que ellos consideran es la mejor manera de reducir el riesgo de Alzhéimer. La respuesta es tan simple que parece mentira: ejercicio físico.
Los investigadores rebuscaron en las 150 investigaciones más relevantes que se han hecho sobre la demencia y el Alzhéimer y su relación con el ejercicio. “Después de evaluar toda la información disponible, nuestro panel concluye que la actividad física es una forma práctica, económica y accesible tanto para prevenir como para tratar el Alzhéimer y otros tipos de demencia”, expuso la docente Kathleen Martin.
La evidencia era clara. Tanto los estudios que exploraban cómo el ejercicio físico podía mejorar la calidad de los pacientes diagnosticados, así como aquellos que evaluaban el riesgo de desarrollar la enfermedad basado en la cantidad de ejercicio físico de los individuos; demostraron que el impacto de la actividad física siempre era positivo.
El panel concluyó que, en el caso de los pacientes diagnosticados, el ejercicio físico servía para mejorar su desempeño en las actividades del día a día, así como su movilidad, cognición y equilibrio.
En el caso de los adultos mayores sanos, el estudio demostró que los ancianos que están fisicamente activos tenían un riesgo mucho más bajo de desarrollar la enfermedad, comparados con quienes no realizaban ningún tipo de actividad física.
La investigadora Martin Ginis calificó el hallazgo como “emocionante”, pues permitiría que organismos de salud de todo el mundo priorizaran sus esfuerzos para promover el ejercicio en adultos mayores, con evidencia científica como respaldo. estos esfuerzos serán claves, pues la OMS ha calculado que para 2050, serán 106 millones de personas los que sufrirán alguna clase de demencia.