¿Qué ocasionó que la compañía perdiera el rumbo y dejara de producir clásicos animados tras la muerte de Walt Disney?
Se podría decir que “El libro de la selva”, película de Disney lanzada en 1967, un año después de la muerte de Walt Disney, es la última gran producción de la primera era dorada de la compañía. Tuvieron que pasar 32 años para el siguiente gran éxito animado, “La Sirenita”.
¿Qué ocasionó que la compañía perdiera el rumbo y dejara de producir clásicos animados durante ese periodo?
Por años los empleados de Disney intentaron mantener vivo su espíritu preguntándose constantemente ‘¿Qué haría Walt?’. Tal vez creían que si se hacían la pregunta se les ocurriría algo original y que sería fiel al espíritu pionero de Walt”, dice Ed Catmull, presidente de Pixar y presidente de Animación en Disney.
En el libro “Creativity Inc.”, Catmull habla entre otras cosas de la importancia del cambio y de los eventos aleatorios, golpes de suerte que ayudan a forjar el éxito de un proyecto.
En el caso específico de la historia de Disney menciona que el estarse preguntando lo que haría Walt evitaba que los empleados de la compañía vieran hacia adelante en busca de nuevas ideas y pretendían seguir una “receta” que garantizara el éxito.
Evidentemente no lo consiguieron, y dice que el aventurarse a lo desconocido es vital. Es necesario aceptar que las cosas cambian y que la compañía debe seguir nuevos caminos después de sucesos importantes, como la muerte de su fundador.
Catmull añade que Steve Jobs, fundador de Apple, estaba consciente de este error y le repitió en numerosas ocasiones a los empleados de la compañía que cuando él no estuviera jamás se preguntaran ‘¿Qué haría Steve?’.
"Ninguna persona, ni Walt, ni Steve, ni la gente en Pixar, han alcanzado el éxito creativo por simplemente aferrarse a lo que ya funciona”, concluye Catmull la anécdota.
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