El primer modelo de predicción de riesgo basado en datos de la población española muestra que, en España, los hábitos de vida determinan más el riesgo de cáncer de colon y recto que la propia genética.
Sinc. Investigadores del grupo de investigación en Cáncer Colorrectal del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), liderado por Víctor Moreno, y vinculado al Instituto Catalán de Oncología (ICO), la Universidad de Barcelona (UB) y el CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBEResp), han desarrollado el primer modelo de predicción del riesgo de cáncer de colon y recto basado en datos de España que combina información genética con estilos de vida.
Su trabajo, publicado por la revista Scientific Reports, destaca la importancia de mejorar el estilo de vida para disminuir el riesgo de cáncer de colon y propone utilizar información genética, combinada con el estilo de vida, para subdividir la población en diferentes grupos según el riesgo de cáncer de colon y así afinar el método de detección precoz (cribado) actual.
"Un modelo de riesgo es un instrumento matemático que nos permite hacer una predicción de quién tiene más posibilidades de padecer una determinada enfermedad, en este caso cáncer de colon", explica Moreno, jefe del Programa de Prevención y Control del Cáncer del ICO.
Para desarrollarlo, los investigadores han utilizado los datos provenientes del estudio multicéntrico español MCC-Spain, realizado de forma colectiva por investigadores pertenecientes al CIBEResp, que contó con 10.106 participantes.
A todos ellos se les realizó una entrevista para analizar los factores de riesgo conocidos (dieta, ejercicio físico, índice de masa corporal, alcohol y antecedentes familiares de cáncer, entre otros) y, en un subgrupo de 1.336 casos de cáncer colorrectal y 2.744 controles, se les hizo un análisis de sangre para detectar la predisposición genética de desarrollar un cáncer de colon y recto.
Con toda esta información, el equipo ha concluido que el estilo de vida determina más el riesgo de cáncer que la genética. Han calculado que si se cambia un estilo de vida de riesgo (por ejemplo, si se obtiene un peso saludable), esto puede compensar el tener 4 puntos (alelos de riesgo) de predisposición genética.
"Esto es importante teniendo en cuenta que el estilo de vida, a diferencia de los rasgos genéticos, es algo modificable, mientras que la susceptibilidad genética la heredamos de nuestros padres", comenta Gemma Ibáñez, digestóloga y primera autora del estudio.
"De hecho, los ítems que hemos identificado como marcadores de riesgo correlacionan con las recomendaciones establecidas por el Código Europeo contra el cáncer, publicado hace un año, para reducir el riesgo de padecer cáncer", destaca.
"Hoy en día, el cribado en cáncer de colon en pacientes que no tienen antecedentes familiares se basa únicamente en la edad. Si incluyéramos información referente a los estilos de vida y la genética, podríamos clasificar la población en grupos de mayor o menor riesgo, lo que nos permitiría hacer un seguimiento más personalizado", comenta Moreno, que también es catedrático de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB.
Percepción social sobre el cribado genético
Actualmente, el equipo de investigación que ha participado en el estudio está conduciendo un nuevo trabajo llamado COLSCREEN sobre la personalización del riesgo de cáncer colorrectal para, entre otras cosas, determinar cuál es la percepción social sobre el cribado genético.
"No hay estudios que determinen qué piensan los pacientes sobre las pruebas genéticas y si querrán ser informados de sus probabilidades de tener ciertas enfermedades, y creemos que es muy relevante", comenta Ibáñez. Paralelamente, con este mismo nuevo estudio los investigadores quieren ver la utilidad del sistema de puntuación de riesgo de padecer cáncer de colon aplicándolo de forma prospectiva en la población del Baix Llobregat.