Un proyecto europeo identifica desafíos y oportunidades.
Pulseras inteligentes que recuerdan a los pacientes cuándo han de tomar su medicación, monitorización de la salud de pacientes a través de dispositivos móviles, registros médicos electrónicos… Estas son algunas de las transformaciones que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) están haciendo posible en el sector salud.
De acuerdo con el portal de noticias del IESE, el libro Managing eHealth: From Vision to Reality, editado por la profesora asociada del IESE Magdalene Rosenmöller, junto con Diane Whitehouse y Petra Wilson, repasa en cambio que ha experimentado el sector sanitario desde los años noventa y recalca el papel de la gestión para superar los desafíos y explotar todo el potencial de las nuevas tecnologías. El libro es el resultado de una serie de estudios realizados desde el Center for Research in Healthcare Innovation Management en el marco de un proyecto europeo de investigación.
Objetivo: mejorar la salud y la eficacia en la atención
El Plan de acción sobre la salud electrónica 2012-2020 de la Comisión Europea considera que el uso de las TIC en los procesos, productos y servicios sanitarios, combinado con cambios organizativos y nuevas capacidades en los sistemas de atención sanitaria, puede "mejorar la salud de los ciudadanos, la eficacia y la productividad de la prestación de dicha atención, así como el valor social y económico de la salud".
Dada esta finalidad última, la e-salud incumbe a personas, políticas y prácticas. Por ello, las autoras han dividido su obra en tres secciones.
1. Políticas e instituciones supranacionales. El libro repasa la legislación y las políticas de la Unión Europea relacionada con la e-salud –incluyendo las distintas iniciativas previstas hasta 2020–, haciendo hincapié en el influyente papel de Jean-Claude Healy, responsable de sentar las bases de muchas de las iniciativas más punteras que se han desarrollado en Europa.
También se han estudiado las políticas sobre e-salud a escala nacional y mundial, incluyendo las medidas adoptadas por la Organización Mundial de la Salud.
2. Profesionales, pacientes y consumidores. Médicos, enfermeros, informáticos, pacientes y público en general son los protagonistas de que las inciativas de e-salud lleguen a buen puerto. En particular, las autoras hacen hincapié en:
el esfuerzo de los profesionales sanitarios por acortar las brechas que han dejado abiertas las instituciones y las normativas de salud electrónica como, por ejemplo, garantizar la protección de datos sensibles;
la incipiente formación del público en materia de salud, gracias a Internet, las redes sociales y la telefonía móvil –punto en el que los autores resaltan el trabajo de algunas organizaciones, como la fundación Health on the Net (HON), que ayudan a los consumidores a identificar la información online más fiable–;
la relación cada vez más estrecha de los pacientes con la salud electrónica, también a nivel físico (como el caso de las mencionadas pulseras).
Las autoras recalcan la importancia del empoderamiento del público para convertirse en una fuerza motriz de la atención médica en el futuro.
3. Nuevas maneras de trabajar y otros retos: La última parte del libro se dedica a las prácticas profesionales y laborales, tanto presentes, como futuras, relacionadas con la e-health. Entre otros aspectos, se exponen los retos que supone la implementación de dichas tecnologías en los centros sanitarios, así como las oportunidades que implica sustituir la medicina tradicional y reactiva por otra de carácter más preventivo y predictivo.
Dentro de todas las posibilidades que las tecnologías ofrecen en el ámbito sanitario, las cuestiones que despiertan un mayor interés atañen a los registros médicos electrónicos, el uso de los dispositivos móviles (m-salud), el estudio de datos genéticos para predecir y prevenir enfermedades, los nuevos dispositivos y la tecnología portátil, y elbig data.