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El falso dilema de los exCEO
Viernes, Noviembre 12, 2021 - 14:04

Por Martín Jofré, cofundador de Uppercap y Cryptomarket.

Por mucho tiempo se instaló en la conciencia colectiva la idea de que el prototipo del gerente/CEO era un cargo alejado de la producción y del producto, alguien que “no se ensuciaba las manos”.

Incluso ellos mismos se planteaban si el cargo incluía involucrarse en la línea de producción o desarrollo. La opción fue no hacerlo y eso trajo como consecuencia una desconexión entre el servicio y el usuario final. Si los líderes de la empresa no eran clientes de los productos o servicios que desarrollan ¿Cómo iban a mejorarlos o recomendarlos a otros?

Esto trajo como resultado empresas verticales donde solo pocas personas podían interactuar con las jefaturas (y eso después de mucha burocracia); poca o nula innovación; mal servicio al cliente y exceso de consultores para descubrir problemas que se hubieran resuelto de manera mucho más rápida si el gerente hubiera sido parte de la cadena desde un comienzo. Puede que el modelo de gerente chileno que se dedicaba todo el día a dar órdenes y delegando a otros el trabajo real mientras él estaba encerrado en su oficina(aparentemente muy ocupado) haya funcionado relativamente bien hace un par de décadas, pero los tiempos cambiaron y las empresas también. Hoy un gerente así estará desconectado con su solución y no durará mucho tiempo en su cargo.Para cambiar esta realidad, tenemos que enfrentar algunos desafíos. El primero, es que el gerente o gerenta 2.0 debería llegar a su cargo por sus logros personales/profesionales y no por contactos, pitutos o pago de favores. Será fundamental que tenga un rol conector para el trabajo coordinado con las áreas de tecnología, innovación, marketing, comunicaciones, comercial, etc.

La tecnología trajo la necesidad de actualizarse y estar al tanto de las últimas tendencias. Hoy, el desafío de los líderes es guiar a través de la acción y no de la palabrería. No puedes definir metas si no sabes reconocerlas o medirlas.

El segundo desafío es comprender que las relaciones dentro de las empresas también se transformaron. Años atrás una orden del gerente era algo indiscutible, sin opción de rebatir. Con la horizontalidad que existe hoy, es beneficioso escuchar la opinión de las personas.

Cada vez las compañías resuelven problemas más complejos que necesitan la expertise y comunicación de varias habilidades; promover la interacción pero al mismo tiempo “llegar a puerto” es un desafío que se logra con acción.

Por último, los líderes actuales tampoco están absortos en sí mismos ni preocupados únicamente por obtener beneficios económicos. En un mundo interconectado y con retos globales como la pandemia o la crisis climática, los objetivos de negocio son tan importantes como el impacto que genera la empresa en las comunidades y el medio ambiente. Más que nunca, necesitamos a personas integrales y capaces para hacer frente a estos desafíos.

Autores

Martín Jofré