Con un detallado registro que combina técnicas y formatos, el artista Javier Hinojosa visita más de cincuenta zonas arqueológicas de Tlaxcala, Yucatán y el Distrito Federal, entre otros lugares.
A partir de un negativo en tamaño real de la impresión final y la aplicación en brocha de soluciones químicas sobre un papel de algodón, Javier Hinojosa produjo más de 70 registros fotográficos de las ciudades prehispánicas del país en un homenaje visual al patrimonio cultural antiguo.
Las zonas de Mitla y Monte Albán, en Oaxaca; Chicaná o Bacán, en Campeche; Uxmal y Chichén Itzá, en Quintana Roo, o Cholula en Puebla y Teotihuacán, en el Estado de México, son algunas de estas impresiones en blanco y negro que componen un trabajo documental de casi dos décadas.
Tras exhibirse de manera fragmentada en distintas ciudades del país y el extranjero, el acervo fotográfico se expone casi íntegro en el Museo Archivo de la Fotografía con una cuarentena más de imágenes en impresiones digitales que en conjunto forman la muestra Guardianes del México Antiguo, que se inaugura mañana.
En total, la muestra de Hinojosa (Ciudad de México, 1956) exhibe 110 piezas en blanco y negro en diferentes formatos, las cuales ofrecen un viaje visual por las zonas arqueológicas desde las más conocidas, como las mayas en el sur del país, hasta las menos vistas, ubicadas en el centro y norte de la República Mexicana.
A decir del fotógrafo, las imágenes llevan al espectador en un recorrido por las ciudades antiguas de México para mostrar su riqueza prehispánica y, en varios casos, incluso permiten visualizar los cambios que han sufrido estas regiones a lo largo de los últimos años.
“Este trabajo inició desde 1993 y lo empecé a trabajar más formal en 1998, cuando comencé a hacer un registro de la obra mural prehispánica y me di cuenta de que (era) una fuente de inspiración muy fuerte, me interesaba mucho, y era precisamente el registro de estas zonas arqueológicas”, refirió Hinojosa.
Al hacer una visita por la muestra, Hinojosa, quien ha expuesto en países como Estados Unidos, China, Egipto e India, dijo que en 1996 hizo estos registros con la técnica del paladio platino, un proceso cuasiartesanal, por la gama de negros que éste ofrece en la impresión.
Si bien Hinojosa produjo decenas de imágenes con la técnica, cambió a un proceso digital por lo dañinos que resultan para la salud los químicos tras largos periodos de uso, además de que en la impresión a tinta se consiguen tonalidades similares.