La compañía asegura que el estado obtuvo de manera ilegal los medicamentos que fabrica y que serían utilizados en la ejecución.
Fresenius Kabi, una farmacéutica alemana, pudo mantener con vida a Carey Dean Moore, un sentenciado a muerte en Nebraska. La compañía asegura haber fabricado dos de los cuatro fármacos utilizados para la ejecución y se rehúsa a su uso para este fin, según reporta el New York Times. Pero el estado ha decidido continuar la que será su primera sentencia de muerte en 21 años.
La compañía alemana solicitó a un juez bloquear el uso de sus medicamentos en la ejecución. Para la farmacéutica, esto podría dañar a la reputación de las sustancias que están hechas para tratamientos médicos. Pero el Juez del Tribunal Federal de Distrito de Lincoln no bloqueó el uso de los medicamentos.
Aunque Fresenius dice no tener una postura sobre la pena de muerte, sí tiene restricciones con sus distribuidores entre las que prohíbe la venta a prisiones que apliquen pena de muerte y cualquier otra entidad que no sea un hospital o usuario médico.
Fresenius dice que Nebraska obtuvo el medicamento ilegalmente por un distribuidor no autorizado, luego de ver que el estado tenía los medicamentos en ampolletas de 30 mililitros, que solo serían fabricados por ellos.
La compañía también destaca que los medicamentos pueden haber sido mal manejados. Ya que en el caso de uno de ellos (cisatracurio) se debe mantener entre 2 y 8 grados Celsius, mientras que los protocolos de ejecución del Estado exigen que se almacene a temperatura ambiente.
Aunque, según reporta New York Times, Nebraska ha dicho que obtuvo los medicamentos de manera legal, no han dicho qué empresa los fabricó ni la temperatura de almacenamiento.
El problema es una carrera contra el tiempo. El suministro estatal de uno de los medicamentos (cloruro de potasio) expira en tres semanas, y el de cisatracurio expira el 31 de octubre. Complicando el panorama para Nebraska, ya que los medicamentos para inyecciones letales se han vuelto cada vez más difíciles de obtener por la negación de las farmacéuticas que los fabrican.
Carey Dean Moore espera la pena de muerte para este 14 de agosto por haber asesinado a dos taxistas en Omaha en 1979.