Las causas de este miedo incontrolado van desde trastornos de la infancia, inseguridad, miedo a ser juzgado y excesiva presión.
La habilidad de hablar en público es fundamental a la hora de enfrentar algún proceso de negociación o presentar un proyecto para su posterior aprobación. Es por eso que quien no desarrolle esta capacidad tiene una cierta desventaja profesional.
Según Adecco España, empresa de gestión de Recursos Humanos, el sistema educativo español no potencia el desarrollo de estas habilidades. Los grandes expertos nos hablan de que el 90% del éxito de un buen discurso o presentación tiene que ver con el método y sólo un 10% es innato.
Datos del Observatorio de Innovación en el Empleo (OIE), promovido por Adecco, evidencian que 6 de cada 10 universitarios consideran que el salto hacia el mundo laboral es demasiado grande. De este mismo informe del OIE, también se desprende que, por lo general, los jóvenes consideran que la formación recibida tanto en la universidad como en las escuelas de Formación Profesional es inadecuada.
Las cifras en cuanto a las dinámicas de grupo son aún más alarmantes. Y es que alrededor del 85% de los jóvenes no ha recibido ningún tipo de información acerca de esta técnica de selección de personal, siendo aún mayor el desconocimiento que manifiestan los estudiantes de Universidad pública y de FP (86% cada uno), frente al 67% de los alumnos de la Universidad privada.
De acuerdo a Susana Sosa, directora de Servicio de Adecco Professional, “se estima que un 75% de la población sufre algún sentimiento de ansiedad y nerviosismo al hablar en público”. Sudoración, náuseas o ritmo cardíaco elevado suelen ser los síntomas físicos de esta crisis.
Pero ¿Cómo hace frente a esta tendencia?
Para Adecco, crear grupo de charlas podría ayudar a los empleados a hacer frente al miedo a hablar en público. Que el empleado se sienta seguro tendría que convertirse en uno de la formación básica de los trabajadores.
“Preparar el discurso con personas de confianza, no tener miedo a la crítica y adelantarse y saber juzgarse uno mismo” es uno de los consejos que Sosa recomienda. Otro de los métodos que pueden ayudar a evitar ese miedo es la práctica. Cuantas más veces se ensaya un discurso, mayor dominio se tendrá sobre éste, algo que te proporcionará mayor naturalidad y soltura a la hora de presentar. Es importante memorizar la introducción, la conclusión y las ideas principales para causar un mayor impacto a nuestros oyentes pero nunca memorizar todo el texto ya que corremos el peligro de poder perdernos en el discurso.