Más de 100 países y territorios apagan las luces a las 20.30 hora local, en un acontecimiento mundial por la lucha contra el cambio climático
Sidney. El emblemático Harbour Brigde de Sidney y su Opera House se quedaron temporalmente a oscuras el sábado, cuando los países del oeste del Pacífico apagaron las luces durante la Hora del Planeta del 2010 en un llamado a la lucha contra el cambio climático.
La simbólica hora de ahorro de energía, llevada a cabo por primera vez en Sidney en el 2007, se ha convertido en un evento anual mundial y los organizadores del World Wide Fund for Nature (WWF) dijeron que esperan que este año sea la iniciativa registre su mayor acogida.
Las remotas Islas Chatham fueron las primeras de más de 100 países y territorios en apagar las luces a las 20.30 hora local, en un arrollador acontecimiento en todo el mundo que desemboca justo en la Línea Internacional de Cambio de Fecha en Samoa, 24 horas después.
El cofundador de la Hora del Planeta Andy Ridley dijo a Reuters que 126 países y territorios confirmaron su participación, con miles de eventos especiales programados, incluyendo una fiesta sin luces en las playas del norte de Sidney y un concurso de citas múltiples.
Desde un barco bajo el Harbour Brigde de Sidney, un testigo comentó que la ciudad ya se encontraba a oscuras horas antes del evento, con nubes bajas y la luna llena dando una sensación espectral al mayor centro urbano de Australia.
En las Islas Chatham, los generadores de gasóleo que abastecen la energía local estaban apagados. Otros primeros partícipes fueron Nueva Zelanda, Fiji y Tuvalu, donde el tráfico se paralizó temporalmente.
El número de participantes aumentó significativamente en el 2009, en el que 88 países y más de 4.000 pueblos y ciudades tomaron parte. Los organizadores del evento estimaron que el año pasado se implicaron entre 500 y 700 millones de personas.
Ridley dijo que probablemente el fracaso observado el año pasado en la conferencia de Copenhague sobre el cambio climático haya estimulado un mayor interés en el tema.
"Existe una verdadera frustración respecto a las políticas sobre el cambio climático", dijo el director ejecutivo a Reuters.
Los negocios han demostrado su fuerte apoyo, comentó Ridley, incluidas las mayores cadenas de hoteles del mundo, responsables de un significativo porcentaje de las emisiones globales.
Los organizadores del evento dijeron que no controlan activamente la cantidad de energía que se ahorra durante esta Hora, aunque es insignificante respecto a lo que el planeta necesita, ya que la medida es puramente simbólica.
"Lo que hace es proporcionarnos una hora para pensar en lo que podemos hacer", sostuvo Ridley.
Algunos iconos que este año toman parte en el evento por primera vez son la casa presidencial de Corea del Sur y la Ciudad Prohibida de Pekín.
En Madrid, se apagarán monumentos y edificios como el Palacio de Cibeles, el Palacio Real, el Monasterio del Escorial y la Puerta de Alcalá.
Todos los puentes del Sena en París apagarán sus luces, igual que la Torre Eiffel y el Arco de Triunfo. También lo harán en Londres el Palacio de Buckingham y la Torre de Londres, y en Estados Unidos, más de 30 de los 50 gobernadores han dado su apoyo al evento.
En América Latina, Argentina, Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú y Chile también se suman a la iniciativa apagando la luz de los monumentos más emblemáticos de cada capital a las 20.30 horas.
Algunos, sin embargo, critican la iniciativa. "Hacer fiestas con velas y champán durante una hora en la noche más apacible del año, demuestra que se trata de una simple fachada. Además, tanto las velas como el champán emiten dióxido de carbono", dijo Viv Forbes, presidenta del Carbon Sense Coalition, un escéptico respecto al cambio climático.