Por Marcial Rapela, socio Bain&Co Chile.
Durante la última década las empresas de hipermercados han experimentado bajas considerables en sus ingresos. De acuerdo a las proyecciones de Bain & Company, para 2025 el escenario cambiará significativamente: en el peor de los casos, las grandes cadenas desaparecerán en un 59% de la cuota del mercado en general, mientras que en el más auspicioso de éstos, su participación se encogerá en un 48%. Y el gatillante de esta caída será en gran medida las ventas online.
Otro factor que es promotor de esta baja de los hipermercados tiene relación con un factor social: los nuevos estándares de vida. Los hogares actuales son cada vez más pequeños, las ciudades están atestadas de personas y automóviles, las calles congestionadas, lo que se suma al menor interés por viajar grandes distancias para hacer una compra semanal.
Así, la infraestructura de las grandes cadenas de supermercados no tendrá más remedio que modificar su formato, y rediseñarse: dejaremos de visitar aquellos grandes recintos, los que pasarán a ser cada vez más pequeños. De acuerdo a las estimaciones de nuestros expertos, el tamaño promedio de los supermercados se reducirá en un 10%, mientras que el de los hipermercados podría alcanzar una baja en el 30% de la superficie, todo esto con el fin de hacer frente al bajo flujo de clientes.
Bajo estas características, el modelo de “gran supermercado” cada vez tiene menores probabilidades de sobrevivir. Un claro ejemplo se ve en los países del sur de Europa, donde durante la última década los hipermercados comenzaron a experimentar una pérdida de competitividad con una baja de 27% a 22% en el período 2008- 2014.
Y mientras la venta en hipermercados disminuye, para el comercio digital ha significado un ascenso, el que se espera que tenga un nivel de penetración en el mercado de 10% durante la próxima década.
Para que las grandes cadenas no “pierdan la batalla” ante el comercio online, Bain & Company entrega una serie de medidas que les permitirá recuperar el terreno perdido.
En primer lugar, es importante reconocer dónde está el valor y el riesgo en el camino, de modo de saber dónde se debe potenciar el negocio. A esto se debe sumar contar con una cartera de proveedores simple pero fuerte, saber cómo reinventarse como supermercado y que eso signifique un crecimiento en los márgenes. Finalmente, es fundamental considerar definir la ganancia comercial, las estrategias operacionales y, por sobretodo, entrar al mundo digital.
El objetivo siempre será enfocarse en donde las ganancias puedan crecer y encontrar maneras eficientes de responder al mercado y resistirse al cambio no es una opción.