Según datos del Wine Economics Research Centre de la Universidad de Adelaida, Australia, el consumo de vino en China aumentaría entre un 40 y el 60% entre 2011 y 2018.
Después de un reciente viaje a varias ciudades de China, el enólogo argentino German di Cesare, de la famosa Bodega Trivento, fortaleció su confianza en que el país asiático "será número uno" en consumir vino en el futuro inmediato, aunque reconoció "lo difícil" que será competir con los caldos franceses en ese mercado.
El mercado chino tiene un "potencial increíble" para el desarrollo y la llegada de vinos argentinos, el quinto productor mundial del producto, destacó en diálogo con Xinhua, German Di Cesare, quien ha trabajado 13 años en Trivento como enólogo.
Trivento, una bodega de vino de alta gama fundada en 1996 por el grupo chileno Concha y Toro en Mendoza, inició su exportación a China en 2005 y ha registrado un crecimiento muy rápido en los últimos cinco años.
"El mercado chino es realmente muy importante, tiene un potencial increíble", subrayó, por su parte, Daniela Hernández, coordinadora del mercado asiático de la Bodega Trivento.
La directiva de la compañía enfatizó que "de hecho, las ventas (a China) crecieron muchísimo en 2014, alrededor de un 300%".
"A mitad de año de 2015 ya hemos vendido todo lo que se exportó en 2014. La expectativa es de un crecimiento muy notable. El mercado va a crecer y será un mercado muy importante de las ventas de la bodega a nivel mundial", auguró.
Según datos del Wine Economics Research Centre de la Universidad de Adelaida, Australia, el consumo de vino en China aumentaría entre un 40 y el 60% entre 2011 y 2018.
En ese contexto, el vino argentino ocupa solo el 1,01% del volumen total de importaciones chinas del producto, aunque en los últimos cinco años estas crecieron al menos un 400%, por lo que tiene un amplio campo para desarrollarse.
A su turno, Di Césare señaló que el chino es "un mercado por explorar, y cuando explote van a faltar bodegas para aprovisionar de vino", pero reconoció "lo difícil de competir con las bodegas francesas que entraron en China más temprano".
"Potencialmente es un mercado que, el día que explote, se va a convertir en el número uno. Hay que seguir trabajando en la educación del consumidor y de a poco ir captando el paladar, el gusto de los consumidores chinos", explicó.
Al ser consultado sobre su experiencia en China, Di Césare confió que "Shanghai, por su carácter cosmopolita, moderno y turístico, como así también Beijing" son las ciudades que destacó por su conocimiento en cuanto al vino.
Mientras tanto, la gira de visita con el objetivo de promover el Malbec argentino le ha dejado una impresión de que es muy necesario "descifrar" el gusto chino y educar a los consumidores en China, donde prefieren vino más dulce y el producto francés ha sido muy bien reconocido.
Durante su permanencia en el país asiático, el experto realizó "una gira por distintas provincias de China, donde se hizo foco en el entrenamiento de personas que trabajan en restaurantes y hoteles, para poder darles herramientas de educación en el país".
"Fue una experiencia difícil al principio, porque en la primera degustación la gente está dispersa y solo probaba el vino en el orden en que ellos querían. Luego se consiguió un poco de orden, empezando por el vino blanco, y luego los vinos tintos", comentó.
Di Césare planteó como desafío "desarrollar el conocimiento para una degustación de vinos", que se hace "según la menor calidad a la mayor calidad, o de más afrutados a los más amaderados".
"Es un mercado al que habrá que convencer, porque está convencido de que los únicos vinos buenos son los franceses, ya que de ese país son las primeras bodegas que se instalaron", puntualizó.