Investigadores de la Universidad de Leeds, en Inglaterra, desarrollaron un mecanismo de prueba para detectar los químicos capaces de detener al amiloidosis, común en las tres enfermedades. El método utiliza la resistencia a los antibacteriales a favor del desarrollo farmacéutico.
Las enfermedades de Parkinson, Alzheimer y la diabetes tipo 2 tienen un factor común: todas se relacionan con los amiloides, compuestos ricos en azúcar que se depositan en los tejidos y generan las patologías. Por lo mismo, presentan un problema para el diseño de fármacos, puesto que se asocian con acumulaciones de diferentes tipos de proteínas que se unen, y no con un solo tipo de compuestos. Este hecho constituye la principal razón para su incurabilidad.
En ese escenario, cobra relevancia un estudio publicado en la revista Nature Chemical Biology, que describe un método para utilizar la resistencia a los antibióticos para encontrar los químicos capaces de frenar la formación de amiloides. La investigación fue liderada por la profesora Sheena Radford, director del Centro de Biología Estructural Molecula de la Universidad de Leeds.
"Hasta ahora, no hemos tenido una manera efectiva para identificar las drogas útiles para combatir la formación de amiloides. Las proteínas usualmente no tienen una estructura definida, lo que hace que sea muy difícil identificar áreas a las que apuntar con las drogas", dijo la académica. Agregó que "además, porque estas proteínas tienen una tendencia a unirse, es difícil estudiarlas en el laboratorio. Este estudio muestra una forma de evitar ese problema".
El método explota las relaciones antagónicas entre moléculas para seleccionar los qúimicos que eviten la formación de amiloides. Utilizando una secuencia como un "caballo de Troya", se usa la formación de resistencia contra los antibióticos para determinar qué fármacos serán útiles.
La doctora Janet Saudners, quien participó del estudio, sostuvo que "en nuestra investigación, el viejo enemigo de la resistencia a los antibacteriales se transforma en nuestro amigo. Cuando vemos el crecimiento bacterial, sabemos que tenemos los químicos necesarios para obstruir la formación de amiloides".
El coautor del estudio y profesor asociado de la Universidad de Leeds, David Brockwell, dijo que "si se puede insertar una secuencia proteica en betalactamasa, es posible que esta técnica se use como una pantalla para los químicos capaces de inhibir su agregación. Pueden usarse miles de compuestos que atraviesen esta prueba".
Sobre el desarrollo de nuevos fármacos, la profesora Radford manifestó que "es importante decir que una prueba eficientes sólo el primer paso hacia el descubrimiento de nuevas drogas. El poder de nuestro estudio es que entrega da un primer paso en ese sentido, mostrando el tipo de moléculas que deberíamos observar para inhibir una proteína patógena particular".