Así como a los Obama les inquieta saber lo que pasa en “House of cards”, a los Bush les encantaban las aventuras de Austin Powers y a los Clinton no se les escapaban las tribulaciones de "Grey's anatomy".
"House of cards", primera incursión televisiva del director David Fincher ("The social network"), ha resultado todo un éxito de crítica y audiencias globales a las que no se ha sustraído ni el mismo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien con motivo de su recién estrenada segunda temporada se salió de la agenda política propia de su cuenta de Twitter para solicitar "por favor" que nadie le adelantase las tramas.
Y es que los más fanáticos de la serie protagonizada por Kevin Spacey pueden verla de un tirón si lo desean, al ser una producción propia del portal Netflix, que cuelga toda la temporada a la vez, y que ha hecho historia al ser la primera producción por internet en ser candidata a un premio Emmy. "House of cards" es una ficción muy próxima a la realidad que rodea a los Obama, aunque las intrigas entre congresistas y "lobbys" en la capital del poder estadounidense no se sirvan de métodos tan despiadados como los del congresista Frank Underwood y su esposa (Robin Wright) en su carrera hacia el máximo poder en la Casa Blanca.
Lo cierto es que la sede de la presidencia de EE.UU. pasa con los Obama por la fase más televisiva de su larga historia, ya que la pareja presidencial no deja de lado ninguna de las series de éxito de los últimos años, desde las tramas antiterroristas de "Homeland" a los turbios escenarios de un asesino en serie de "True detective", pasando por "Breaking Bad", la ácida historia del profesor de química convertido en narcotraficante que ha enganchado a millones de seguidores en todo el mundo.
No obstante, a la hora de ver series en familia, los Obama prefieren reírse con la comedia "Modern family", protagonizada por la colombiana Sofía Vergara, según admitió el presidente de EE.UU. a la revista People. La afición "seriéfila" Michelle Obama llegará a la práctica con su participación en el episodio final de la sexta temporada de la telecomedia "Parks and recreation", protagonizada por Amy Poehler y que emitirá NBC el próximo 24 de abril, según publicó The Hollywood Reporter. El cameo tendrá lugar dentro del capítulo titulado "Moving Up", rodado a finales de febrero en Miami, en el que la esposa del presidente de EE.UU. se mostrará satisfecha por las inversiones en programas para combatir la obesidad en las escuelas.
El predecesor de Obama, George W. Bush, se divertía con las series biográficas del canal A&E, mientras el matrimonio Clinton era más partidario de las "dramedias" propias de la serie médica "Grey's Anatomy", que grababan para poder ver juntos cuando sus obligaciones se lo permitían. Clinton, también seguidor de series como "24" y "Boston Legal", fue el presidente que más claro habló sobre la envidiada sala de cine de la residencia presidencial, "la mayor ventaja" de su cargo, al mismo nivel del Air Force One, el avión presidencial, o la residencia de verano de Camp David, aseguró.
Este guardarropa del ala este de la Casa Blanca reconvertido en sala de cine a mediados de los años 40 por Franklin Delano Roosevelt, quien se relajaba con los dibujos animados de Mickey Mouse, fue reinaugurado el pasado 19 de febrero para el séptimo arte por los Obama para el estreno de la película "Monuments Men", dirigida por George Clooney. Aunque por allí habían pasado con sus películas otras estrellas de Hollywood como Steven Spielberg o Tom Hanks, desde noviembre pasado se había frenado esa costumbre ante el incremento de solicitudes para que los Obama viesen las cintas que competían por los Óscar.
Paradójicamente, Ronald Reagan, que fue actor de Hollywood antes de político, fue uno de los presidentes que menos disfrutó de la sala de cine, aunque tenía predilección por la telecomedia "Family Ties", donde Michael J. Fox encarnaba a un joven conservador ambicioso. Hasta Lyndon B. Johnson (1963-1969), a quien no le gustaba el cine, utilizó la sala en un par de ocasiones, aunque para ver "The President", un retrato sobre él mismo.
George W. Bush era aficionado a la saga de "Austin Powers", pero la cinta más vista en la historia de la Casa Blanca es "High Noon" ("Solo ante el peligro"/1952), la cual vio Bill Clinton unas veinte veces entre 1993 y 2001, según las anotaciones de Paul Fischer, proyeccionista de la sede presidencial durante cuatro décadas.
En la lista de las diez películas más vistas por los presidentes de EE.UU. figuran dramas como "El puente sobre el río Kwai" y "Patton"; esta última era una de las favoritas de Richard Nixon (1969-1974), y la vio poco antes de ordenar la entrada de tropas a Camboya durante la guerra de Vietnam, según desveló en 2003 la cadena estadounidense Bravo en un documental basado en las anotaciones de Fischer . El presidente más cinéfilo fue Jimmy Carter (1977-1981), quien durante su presidencia se hizo proyectar nada menos que 580 películas, incluida la única no tolerada para menores que se ha exhibido la Casa Blanca: "Midnight Cowboy".